El hijo les creció y ahora que no lo pueden controlar lo niegan. No saben qué hacer, lo mejor que se les ocurrió fue trasladar la responsabilidad al ciudadano, porque no tienen la menor idea de cómo enmendar el desastre. Es como cuando el muchado sale tremendo y la madre le dice al padre “ese salió a ti”. Hablamos de algo parecido, pero en este caso los padres no pueden negar a la criatura, porque la hicieron a su imagen y semejanza.
CADIVI es su creación, es hija de los economistas retrogados del gabinete económico que creyeron que con un recetario comunista podían cambiar el mundo. La verdad es que no hay que ser genio para saber que si usted aplica la receta comunista en Suiza, el resultado será el mismo: fracaso. Así sucedió en Cuba, así pasó en la Unión Soviética, en el Perú de Velasco Alvarado, en la China de Mao Tse Tung. En todos lados el comunismo no ha funcionado, pero estos trasnochados nos vendieron que con el “socialismo” venezolano sería distinto.
En la práctica el socialismo del siglo XXI repitió los mismos errores del comunismo del siglo XX. Control del Estado sobre la economía, una ola de expropiaciones, regulaciones y más regulaciones que devinieron en la destrucción del sistema productivo. Para que tengan una idea de los desmanes del comunismo, en China durante el “Gran salto adelante” murieron entre 18 y 32 millones de personas de hambre. El Estado fijó metas de producción que solo se tradujeron en hambruna.
Hoy aprendieron la lección, aunque saltando de un extremo a otro, el capitalismo salvaje. Donde no se respeta el lado humano de la mano de obra, donde miles de transnacionales han emigrado al gigante asiático para reducir costos de producción. Esa es la misma China que en lo político sigue izando la bandera comunista, pero que hoy tiene pretensiones expansionistas y que, para nuestro infortunio, nos tienen a nosotros como patio trasero.
Venezuela vive una crisis que estaba cantada, se pervirtió la lógica de un control de cambio, que en teoría es momentáneo, que busca corregir distorsiones de la economía, equilibrar el sistema cambiario. Lo que sucede en este momento no tiene precedentes en la historia nacional, más de diez años de controles en un país donde el refrán popular decir que “quien hace la ley, hace la trampa”.
Efectivamente así fue, aquí el país como conjunto ha perdido, pero muchos han ganado y bastante. CADIVI quizás sea eliminada pero dejará un montón de nuevos ricos, que hicieron bastantes negocios y no son precisamente quienes salen del país a raspar el cupo, hablamos de quienes sacaron 20 mil millones de dólares como si nada.
No sabemos si la revolución se come a sus hijos o los hijos de la revolución se la comen a ella. Pero quienes hablan del CADIVISMO son sus creadores y ahora con el mayor cinismo creen que pueden acabar con el problema con más controles. Desconocemos hasta dónde puedan estirar la cabuya, pero la gente debe exigir explicaciones, somos culpables en la medida que callamos, que no somos capaces de plantarnos por la verdad. Que recojan su gallo muerto, que asuman su barranco.
Brian Fincheltub
@Brianfincheltub