Hoy Venezuela despertó con la terrible noticia del asesinato a mansalva de la actriz Mónica Spear y su esposo, cuando se quedaron accidentados en la autopista hacia Valencia desde Puerto Cabello.
A su hijita de cinco años, la hirieron de bala en una piernita. Conmueve esta noticia, por lo cercana, si se puede decir así, que nos resulta una persona cuando por televisión entra a nuestros hogares, y en su caso, por haber llevado nuestra corona de Miss Venezuela por el mundo.
Uno siente la pérdida muy cercana y en mi caso me conmociona, porque en siete días de enero 2014 van 70 muertos en hechos violentos sólo en Caracas. Nos queda preguntarnos: ¿Hasta cuándo?
Fracasaron. Los 24.000 muertos a manos de la delincuencia en 2013, más 20 planes de seguridad en 15 años demuestran que fracasaron. Nos demuestran, que el delito, aupado y protegido por el régimen Chavista, hoy Madurista, es política de estado. Política del miedo, política del terror.
¿Cuántos venezolanos más tienen que caer, antes que el régimen asuma su resposabilidad?
15 Millones de armas ilegales, reposan en una población de delincuentes dónde la vida vale un teléfono o un reloj. Personeros del régimen, no sufren de este flagelo aupado por ellos, porque andan con 10 y 12 escoltas, que por cierto, pagamos todos los venezolanos que estamos a merced del hampa.
Los seguidores del chavismo alegan, que la delincuencia existe en todos lados y que en Estados Unidos, su enemigo ad honoren, matan en escuelas y estaciones de trenes. Si pasa, pero son hechos aislados, incomparables con lo que vivimos en Venezuela hoy en día.
Al régimen nefasto de los Castro, a manos de Chávez y ahora de Maduro, les ha resultado la delincuencia, como apaciguadora de ánimos “desestabilizadores”. Es una droga, que nos mantiene en letargo, por miedo a ser parte de las estadísticas. Pero es obvio, que al régimen le conviene el alto índice delictivo.
Por eso se desentiende, es indolente y promueve la impunidad, teniendo un país paralelo en las cárceles, dónde el crimen gobierna y dónde la Ministra Varela, es vasalla de los pranes. Allí se deciden secuestros, extorsiones, homicidios, se mueven fortunas de dinero, poseen armas de guerra y droga de la más alta pureza.
No, no es producto de mi imaginación en un país tercermundista. Conozco la fiera por dentro y esta es la triste realidad de mi país o lo que ahora es… un triste país.
Un país, dónde la regla es irse y no quedarse, por temor a ser asesinados. Un país que exporta talentos valiosísimos, necesarios para su reconstrucción del país.
¿Recostrucción?, ¿eso dije?
Me temo que estamos muy lejos de eso, estamos presenciando como muere un país por negligencia y no hacemos nada por salvarlo. ¿Reconstruir? Se reconstruye lo que se salva y aquí no quedará nada que salvar, de seguir atados a tanta insensatez.
Hoy duele Mónica, pero hay miles de venezolanos que duelen a diario; a esos hijos, a esa esposa, a esa madre que los lloran, aún sabiendo que nadie hará justicia. Hoy estoy desconsolada, cualquiera de nuestro entorno y hasta nosotros mismos, podemos ser parte de los titulares sangrientos de mañana.
¡Esto, debe parar!
Alexa Gómez @alexagomez2000