A Savanna Todd le ha costado 20 años averiguar quién es. Cuando lo hizo, fue después de que la Policía irrumpiera en su casa para arrestar a su madre, a la que acusaron del secuestro de su hija. El secuestro de esa joven que hasta entonces creía ser simplemente Samantha Geldenhuys.
Dorothy Lee Barnett secuestró en 1994 a su hija de 11 meses, después de que durante el proceso de divorcio de su entonces marido, Benjamin Harris Todd, este ganara la custia: demostró que Barnett abusaba física y emocionalmente de él y las pruebas psíquicas mostraron que la asistente de vuelo tenía trastorno bipolar.
Por eso, en un descuido, Barnett sacó a su hija de Charleston, Carolina del Sur (EE.UU.), donde vivían, y comenzó un periplo por varios países que ha durado 20 años, huyendo de la orden de arresto que pesaba sobre ella, según cuenta el «Daily Mail».
«Siempre he tenido una madre. Siempre me ha querido. Siempre me ha protegido. He leído su versión, he leído todos los documentos y creo que ella necesita ser escuchada», dice Savanna Todd en una entrevista en «Channel 7».
Pero su madre, que ahora se encuentra en un centro correccional de Australia —país donde estaban viviendo cuando fue detenida—, se enfrenta a más de diez años de cárcel por secuestro y dos cargos de declaración falsa en una solicitud de pasaporte.
En los 20 años que las autoridades han tardado en localizarla, Barnett vivió en Sudáfrica, donde conoció a su segundo marido, Juan Geldenhuys, en 1995. Con él tuvo un segundo hijo y se mudaron a Australia, en donde consiguieron incluso la nacionalidad. Vivió con él hasta que recientemente murió de cáncer.
«Savanna puede ser un recuerdo de lo que pasó hace 20 años, pero Samantha es lo que soy y quién seré», dice la joven en la entrevista. Savanna estaba al lado de su madre en la primera comparecencia ante los tribunales, donde acudió con un cartel que decía: «Te queremos mamá».