Lapatilla
Yusnaby Pérez sale a andar todos los días con su teléfono celular por las calles de La Habana. Tiene 25 años de edad, un título profesional embargado por el régimen y suficiente pericia para conectarse a Internet sin ser molestado por las autoridades. Lleva un año mostrando con imágenes su visión crítica de lo que pasa en la isla. Es bloguero, twitero, fotógrafo y escritor aficionado. Aún no es perseguido político y contó en entrevista con KienyKe.com lo que tiene que hacer para divulgar al mundo la difícil situación en la isla.
“Productos racionados que cada cubano puede comprar una vez al mes”
El disidente se describe como un contador de historias del día a día. Su vida es como la de los demás cubanos. No muere de hambre pero es pobre. Sus tatarabuelos llegaron a la isla desde España. Estudió primaria, secundaria y bachillerato bajo el modelo gratuito y obligatorio. Ingresó a estudiar telecomunicaciones en la Universidad de La Habana. Se graduó en 2011.
“No es pobre, no es vagabundo: no existe. La prensa oficial jamás contará su historia. Miguel, 61 años”
Tras recibir su título fue llamado por el gobierno para que pagara la educación que le ofrecieron como gratuita. “La educación en Cuba no es gratuita. Es más preciso decir que es de acceso universal. Pero al graduarse, uno tiene que pagarla con tres años de trabajo y un sueldo mínimo, que en Cuba son 9 dólares al mes”, denuncia.
“Siempre a la misma hora Tomás mira por la ventana, esperanzado de volver a ver #La Habana que ya no existe”
En Cuba los salarios en promedio son de 9 a 20 dólares por mes. Cabe decir que reciben asistencia médica, educación, bonos de alimentación a través de una libreta de abastecimiento y servicios públicos ocasionales. Tener un sueldo de nueve dólares al mes por el sacrificio de su carrera profesional le parecía injusto. Se rebeló y le embargaron su título universitario.
“No llegó la ambulancia, nadie le ayudó. Se vino abajo por hambre, cansancio y alcohol. Pasó toda la noche ahí”
Para sobrevivir aprovechó sus conocimientos universitarios y empezó a diseñar páginas web. “El tema de páginas web es tan concentrado en Cuba que no es visto como negocio, así que el gobierno no me molesta. Le hago páginas web a clientes en La Habana como casas de alquiler (alojamiento para turistas) y restaurantes. Como los conocen en el extranjero, su negocio progresa. Varios de esos sitios están en los mejores rankings de Cuba”.
“Hospital en #La Habana donde no van los extranjeros ni los militares más “heroicos”
Ha diseñado unas 40 páginas web, y su trabajo como independiente le ha dejado más ingresos de los que hubiera recibido si hubiera aceptado sumarse a las filas del régimen. Mientras trabajaba diseñó su blog, yusnaby.com, en el que desde hace un año publica las fotos que toma en las calles de la capital cubana. Empezó como un hobby y pronto se convirtió en una forma de activismo contra el sistema.
“Aún hay muchas familias en #Cuba que no se pueden permitir tener un televisor a color…”
Yusnaby explica cómo adquirió su celular -con el que toma las fotografías- y cómo paga el Internet que le permite enviarlas al mundo. A inicios de este año fue invitado a Europa, por su ciberactivismo, y adquirió un iPhone. Sobre Internet explica que hasta 2007 el servicio era prohibido para los cubanos. Ahora, aunque es legal, solo es accesible a través de salas de computación (cibercafés), que cobran 4.5 dólares la hora. El sueldo máximo mensual en la isla es de 20 dólares.
“Pasaron los años, pasó la vida, caducó la esperanza y permanecieron las mentiras.”
Sin embargo el monopolio estatal de las comunicaciones, Cubacel, sí autoriza acceso a datos para celulares e Internet de extranjeros a través de roaming. Entonces durante su viaje a Europa obtuvo un plan de datos que le cuesta unos 50 dólares al mes. Lo paga con su trabajo y donaciones que recibe por su blog. “Es muy caro, pero si lo comparo con lo que pagaría en una sala de Internet, pues ahorro mucho”.
“Hace 60 años #Fidel Castro prometió una “reforma urbana”. Estoy seguro que Madelín, profesora de primaria, tiene mucho que decir al respecto”
En sus foto-denuncias como bloguero ha encontrado una causa especial: la crisis urbana de la mayor de las Antillas. Yusnaby vive en el centro de La Habana y dice que es una zona donde históricas estructuras y muchas de las casas están desmoronándose frente a los ojos de sus residentes.
“54 años pueden ser más destructivos que una bomba nuclear, sobre todo cuando impera el mismo gobierno”
El joven opositor explica que muchas de las casas antiguas no son reparadas por el Gobierno, “que no les para atención”, ni por sus propietarios pues no tendrían dinero para hacerlo. “Hasta hace un año estaba prohibida la venta libre de cemento. Ahora que se puede comprar vale 7 dólares. Nadie lo puede comprar. Las casas se derrumban y el gobierno no hace nada.”.
“En esto se ha convertido la revolución. Esas fotos de daños en edificaciones causan emociones en la gente, que se da cuenta que todo lo que se dice es mentira”, expone Yusnaby antes de desestimar las recientes reformas que liberalizan el comercio de algunos bienes. “Es cierto que ya se pueden comprar casas, carros y que se puede viajar más fácil fuera del país. Todos esos derechos existían antes del castrismo; no es una cosa que se estén inventando. Lo están devolviendo”.
“La revolución cubana ha sido tan fuerte que convirtió una piscina olímpica en campo de fútbol”
Sobre las autorizaciones del mercado inmobiliario, Yusnaby tiene algunos reparos: “Ya se pueden comprar casas, pero veamos los precios de las casas: una de gama media cuesta 60 mil dólares. Con un salario de 19 dólares ¿quién los puede reunir? Y además los bancos no dan préstamos, no dan créditos, no dan financiamiento… son reformas que son productivas porque devuelven derechos, pero tampoco son accesibles”.
“La técnica de la bolsa y el cordel para así poder comprar y vender comida sin bajar del balcón”
Algunas de sus fotografías registran el ‘rebusque’ a la cubana. “Existe una economía oculta y existe un gran robo. Si alguien trabaja en un restaurante estatal, puede robarse algo de carne y la vende a una vecina a precios baratos. El maestro puede robar libretas, el enfermero guantes y jeringuillas y hasta el periodista papel, para revender y ganar dinero”.
“Es tanto el bombardeo político comunista que puede agobiar al más desenfadado”
Mucha gente en Cuba depende, para obtener más dinero, de las remesas que les envían familiares exiliados en Miami o residentes en otros países. Incluso, paradójicamente, este tipo de envíos dan más dinero a las arcas de la Isla que el mismo turismo.
Yusnaby confiesa que hacer oposición en Cuba es difícil, pero como su blog es muy joven aún el régimen no lo considera amenaza y por eso no ha sido perseguido. “Sé que me vigilan, escuchan mis llamadas, saben lo que hago, pero hasta el momento no he tenido gran problema con las autoridades cubanas. Si ellos ven que me destaco o puedo ser amenaza política, entonces ahí si me van a reprimir”.
“La carnicería de Batabanó”
Este activista conoce a Yoani Sánchez, la emblemática disidente y bloguera cubana que ha sido reconocida con premios de periodismo y derechos humanos en América y Europa. “Es una excelente persona, muy inteligente. Fue la protagonista, la que rompió el hielo y le tocó vivir una etapa tan dura que sus amigos y vecinos se le fueron en contra”.
“El transporte público y los peligros del verano.”
Tratar de tomar fotos en la calle no le ha traído rechazos, pero sí miradas curiosas. “El cubano común siente que quien hace fotos es un turista o una persona libre. La gente me mira de forma rara, me miran porque entienden que mi comportamiento es de una persona libre. A veces me dicen no me haga fotos, pero igual yo las hago”.
“Cuando hablamos del #Bloqueo debemos recordar que en #Cuba existen tiendas @adidas propiedad estatal”
Incluso en sus caminatas ha encontrado lo que él considera paradójicas contradicciones. “Aunque hay bloqueo o rechazo al capitalismo, hay tiendas Adidas, Puma, Pepe Jeans y Benetton propiedad del Gobierno. El Gobierno hace contrato directo con las marcas y pone su tienda”. Allí consumen especialmente turistas y cubanos con dineros de las remesas.
“Cuando Raúl Castro habla de “actualizaciones económicas” en #Cuba se refiere a negocios de este calibre”
Yusnaby Pérez deja claro que su crítica es al Gobierno, no a los cubanos. “A un cubano ‘X’ le hablas de política y criticas al Gobierno y responde: no hables mal de mi país. Yo les digo: no estoy hablando mal del país, hablo mal del Gobierno. Lo que se intenta es romper eso de que Cuba es el Gobierno de Cuba”.
Yusnaby Pérez quisiera conocer América, estudiar francés y seguir viviendo en Cuba, ojalá con algún cambio profundo que sea, de alguna forma, logrado por su protesta. “Quiero seguir viviendo en Cuba porque creo que tengo acá una gran tarea y gran misión, aunque sea peligroso, hay que hacerlo”.