La salida de Jorge Giordni del gabinete se anticipaba desde el instante en que se atrevió a denunciar el robo de más de 25 mil millones del Sitme y Cadivi por parte de empresas de maletín, evidentemente de cuero rojo. Es probable que hayan surgido algunas diferencias en la velocidad del ajuste con el resto del gabinete económico, particularmente con Ramírez, pero para Maduro, que de economía no entiende absolutamente nada, esas diferencias no eran tan grandes como para prescindir de uno de los padres ideológicos de su padre político, con las potenciales consecuencias políticas que ello puede traer. Al monje lo sacan del poder no por su ineficiencia para dirigir eficientemente la economía sino por atentar contra las fuerzas oscuras que han permitido que la mayor bonanza petrolera de nuestra historia haya terminado en inmensas fortunas imposibles de explicar.
Leyendo la carta de renuncia del ex ministro, queda claro que el Cabello-Madurismo no lo dejará irse liso del gobierno. Las amables palabras de Maduro en su programa de radio de anoche mutarán seguramente a fuertes acusaciones de traidor a la patria y seguramente de monje pasará a ocupar un espacio demoniaco con Leopoldo, María Corina, Capriles y los Chukis de las guarimbas. Es altamente probable que Maduro comience a decir que fue Giordani quien mantuvo engañado al comandante eterno y a todo el alto mando de la revolución en una política económica fracasada.
A mi entender la carta de Giordani dice dos cosas relevantes, entre mucho gamelote. Lo más importante es que admite que la crisis económica que sufrimos todos los venezolanos tiene su génesis en el irresponsable aumento del gasto público para garantizar la reelección del finado ex presidente. Es decir, mantener al PSUV en el poder era mucho más importante que garantizar el bienestar de los venezolanos.
El otro elemento relevante es que deja claro que Maduro no toma decisiones y no tiene voluntad para combatir la corrupción, la ineficiencia y la crisis. Por supuesto que esto no es noticia nueva pues la oposición tiene largo rato diciéndolo, pero que lo admita quien manejó la política económica por 14 años es altamente relevante.
Las consecuencias del despido del Monje en la vida interna del PSUV aún están por calibrarse, pero evidentemente ese partido da un paso agigantado hacia la decadencia ética y moral. Se puede tener mucho poder y el petróleo garantiza dólares para subsidio y propaganda, pero sin capacidad de ejecutar políticas públicas y sumergido en la anti ética es casi imposible que el pueblo los mantenga en el poder.
Con Giordani se va el mayor responsable del desastre económico, pero también se va el chavismo y su ilusión revolucionaria, por más que inventen un chivo expiatorio en forma de monje.