“Quiero expresar público reconocimiento como país al presidente de Estados Unidos por el anuncio hecho el día de ayer (jueves). Esto me parece un acto de estricta justicia, que valora las grandes aportaciones de millones de mexicanos al desarrollo del país vecino de Norteamerica”, dijo Peña Nieto.
Obama anunció la noche del viernes que ampliará por decreto el programa de regularización de inmigrantes indocumentados como parte de un paquete de medidas que sacará de la sombra a unos cinco millones de personas, en su mayoría adultos con hijos nacidos en Estados Unidos y jóvenes que llegaron a ese país antes de los 16 años.
“Estas medidas son de alivio para migrantes especialmente de origen mexicano, son las más importantes que se han tomado en varias décadas, prácticamente en los últimos 30 años”, agregó el presidente mexicano en una reunión con procuradores de justicia en Ciudad de México.
Peña Nieto consideró que las medidas anunciadas por Obama “permitirán que más familias permanezcan unidas y que incluso puedan recuperar los lazos de sus parientes” en México, y “ampliar las opciones educativas y laborales”.
Centroamérica, que tiene también a más de 5,3 millones de sus ciudadanos en Estados Unidos -la mayoría ilegales-, saludaron al igual que México el anuncio del presidente estadounide.
La reforma del sistema migratorio fue una de las principales promesas de campaña de Obama, tanto en 2008 como en 2012, pero una serie de reveses en el Congreso, lo decidió -dos años antes del fin de su mandato- a actuar por decreto, sin esperar la hipotética aprobación de una ley.
En Estados Unidos viven cerca de 11,5 millones de personas indocumentadas, de las cuales -según expertos- el 60% son mexicanos, de lejos la minoría más importante entre los hispanos, que representan a su vez 52 millones de habitantes.
Cada año, las autoridades fronterizas estadounidenses atrapan a una media de entre 350.000 a 365.000 indocumentados, mientras los mexicanos son mayoría entre los deportados.