Cuando le tocó declarar en junio sobre su presunta participación en el más reciente complot de magnicidio desempolvado por el régimen de Nicolás Maduro, la diputada María Corina Machado fue interrogada por más de ocho horas en la fiscalía, pero nunca le preguntaron sobre los presuntos correos electrónicos que le incriminaban, publica El Nuevo Herald.
La dejaron salir de la fiscalía, y por cinco meses la justicia chavista no volvió a pronunciarse sobre la extravagantes acusaciones, basadas en unos correos que la policía dijo haber interceptado pero que luego se demostró, con la ayuda de Google, que habían sido forjados.
De manera que el proceso judicial contra Machado parecía estar condenado a quedar engavetado en el ya repleto archivador de exóticas conspiraciones que el chavismo saca periódicamente para distraer la atención del público y que en el pasado han incluido el presunto complot para inocularle cáncer a Maduro, y supuestos planes de la oposición de comprar una veintena de aviones de combate para operarlos desde Colombia.
Así parecía, hasta que Machado se atrevió a solicitar la renuncia de las cuestionadas rectoras del Consejo Nacional Electoral, y a las cinco horas agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) estaban en la casa de la dirigente, notificándole que debe presentarse ante la fiscalía para ser imputada formalmente con cargos relacionados con el presunto complot de magnicidio.
“Es difícil pensar que no hay una relación entre los dos eventos”, dijo Machado, quien tiene previsto presentarse la próxima semana a la fiscalía, corriendo así el riesgo de quedar detenida.
Machado dijo que la citación judicial refleja la desesperación del régimen.
“En cualquier otra circunstancia, uno diría que es inconcebible que un juicio que ha sido objeto de la burla y de la ridiculización dentro y fuera del país, sea llevado a cabo”, declaró la diputada en una entrevista telefónica.
“Pero esto es una reacción frente a su descalabro. Es un régimen que entiende está frente a su mayor debilidad, y que ha optado por una represión brutal”, manifestó. “Venezuela se está convirtiendo en un país sitiado y en lo que concierne mi caso, lo que está detrás de esto, es el deseo de ejecutar públicamente un castigo ejemplarizante”.
El régimen, que en el pasado intentaba de alguna manera esconder su esencia autoritaria detrás de las instituciones democráticas que controlaba, ya no se molesta por cuidar las formas, dejando en evidencia la inexistencia de la justicia en las cortes venezolanas, y cómo éstas son utilizadas por Maduro como instrumentos de represión y persecución política, explicó.
Y el uso represor de la justicia va en incremento, en momentos en que el régimen tratar de contener el creciente descontento de la población derivado de la crisis económica.
Los planes represores de Maduro pueden verse en las recién introducidas leyes habilitantes y en la reforma a la ley contra la delincuencia organizada y el terrorismo, que son “una cosa monstruosa”, y que dejan al ciudadano en una condición de indefensión aún mayor frente al Estado.
También pueden verse en la reciente ola de detenciones que el régimen está realizando.
“Estamos hablando de que en Venezuela hoy en día tenemos a tuiteros presos. Estamos hablando de que trabajadores y dirigentes sindicales, simplemente por exigir el cumplimiento de sus contrataciones colectivas están presos. Estamos hablando de que cualquier periodista, o incluso una ama de casa, o un empleado público que medio alce la voz está en riesgo de ser encarcelados por un régimen que intenta aplastar toda forma de disidencia”, dijo.
En un ambiente como ese, es de esperarse que el régimen intente encarcelar a Machado, cuya voz se ha vuelto muy incómoda.
La diputada –cuyo puesto a la Asamblea Nacional fue arbitrariamente suspendido por el presidente de la entidad, Diosdado Cabello– acompañó al encarcelado líder opositor Leopoldo López en su llamado a la población venezolana a salir a protestar contra las pretensiones de Maduro de terminar por instaurar un régimen dictatorial de corte castrista en Venezuela.
Machado también participó en los esfuerzos por alertar ante la comunidad internacional las cada vez más frecuentes violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen de Maduro, presentando el caso de las fuerzas democráticas del país ante la Unión Europea, Canadá y ante la Organización de Estados Americanos.
Fueron precisamente sus esfuerzos por denunciar el régimen ante la OEA lo que llevó a Cabello de quitarle a Machado su curul ante la Asamblea Nacional pese a que fue la diputada que sacó el mayor número de votos de todos los legisladores.
La citación ante la fiscalía se produjo luego de que Machado solicitara la renuncia de todas las rectoras del Consejo Nacional Electoral (CNE), en momentos en que la mayoría de los venezolanos duda que el organismo controlado por el chavismo pueda garantizar comicios libres y transparentes en Venezuela.
“La desconfianza en el CNE ha llegado a niveles históricos. Estamos hablando de que prácticamente todo el sector opositor y una porción enorme del propio oficialismo, no confían, no creen en este Consejo Nacional Electoral”, explicó Machado.
“Y estas señoras, que no gozan de credibilidad ni de confianza alguna, en este proceso de tratar de mostrar una supuesta renovación de los poderes públicos, dos de ella aparecen como postuladas para reelegirse […] Eso es una bofetada para el pueblo de Venezuela