El Gobierno de Estados Unidos alentó a los países del Caribe a aceptar un “nuevo paradigma” energético que gire en torno a las inversiones privadas, con el fin de diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia del programa venezolano de petróleo subsidiado Petrocaribe.
La primera Cumbre de Seguridad Energética en el Caribe, celebrada hoy en Washington, no incluyó menciones específicas a Venezuela, pero sí constantes alusiones a la necesidad de que la región reduzca su dependencia de “una sola fuente de energía”, como el petróleo venezolano que compone gran parte de su suministro energético.
“Ya sea en Ucrania o en el Caribe, ningún país debería poder usar sus recursos naturales como herramienta de coerción contra otro país”, dijo el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en una aparente referencia a Venezuela durante su discurso en la cumbre.
La mayoría de los países representados en la reunión se benefician de la iniciativa presentada en 2005 por el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, para exportar petróleo barato a los países del bloque a cambio de efectivo y bienes y servicios.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió la semana pasada de que, debido a la caída de ingresos por el petróleo en Venezuela, el Gobierno de Caracas ha comenzado a reducir su apoyo al plan, por lo que apuntó a las posibles implicaciones para los países del Caribe.
Consciente de esas alertas y de la caída en los precios del petróleo, el Gobierno de Estados Unidos promovió hoy una propuesta del Banco Mundial (BM) para crear una Red de Inversiones en la Energía Caribeña que permita a los inversores públicos y privados en el Caribe coordinar sus proyectos y unificar sus objetivos.
“Esto no se trata de Petrocaribe, ni de ninguna otra iniciativa. Es algo independiente que está dirigido a crear seguridad energética en esta región”, dijo el enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Energía Internacional, Amos Hochstein, en declaraciones a los periodistas durante la cumbre.
“Estados Unidos no cree que sea bueno para ningún país apoyarse en un solo proveedor de energía. Esta es la oportunidad correcta y el momento correcto para movernos a un nuevo futuro que no consista simplemente en reemplazar los productos petrolíferos de Venezuela, sino más bien en crear un nuevo paradigma de seguridad energética”, añadió.
Los altos funcionarios caribeños que se reunieron hoy en privado con Biden mostraron un “notable respaldo” a la idea, que consiste en “crear un entorno que permita florecer al sector privado” en esos países, aseguró Hochstein.
“Se trata de un mecanismo en el que colaboren el BM y otros donantes, como Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Reino Unido y España, para coordinar los esfuerzos de inversión que han entrado en la región, no solo en el sentido de en qué nos gastamos el dinero, sino también para asegurar que apoyamos el mismo objetivo”, anotó.
En declaraciones a Efe, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, respaldó la iniciativa del BM y pidió emplearla para crear una red que permita “conectar desde la Florida hasta Curaçao y el norte de Suramérica con una sola conexión, que permita compartir las producciones más económicas de toda esa región”.
El gobernador opinó, además, que la caída “sustancial en el precio de los combustibles” abre unas posibilidades que hacen “menos necesario” el recurso a Petrocaribe para muchos países.
En un discurso durante la cumbre, el primer ministro de Bahamas, Perry Christie, afirmó que los países del Caribe necesitan claramente más inversión privada, pero también quieren que Estados Unidos “facilite la exportación de su gas natural” a la región.
Al respecto, Hochstein replicó que el gas natural “no es en absoluto la solución mágica para resolver todos los problemas” y que la transformación energética en el Caribe no será posible “si no hay cambios fundamentales en el marco regulatorio y el clima de inversiones en la región”.
A la cumbre asistieron también la vicepresidenta de la República Dominicana, Margarita Cedeño; el secretario de Estado de España para Iberoamérica, Jesús Gracia; el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
También acudieron el ministro de Minas y Energía de Colombia, Tomás González; el subsecretario para Asuntos Norteamericanos de México, Sergio Alcocer; el director para Latinoamérica del FMI, Alejandro Werner; y los primeros ministros de Jamaica, Portia Simpson Miller; de Barbados, Freundel Stuart; de Santa Lucía, Kenny Anthony, y de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar.
Lucía Leal/EFE