La medida adoptada por los Estados Unidos contra 7 venezolanos está siendo exhibida por el gobierno como si fuera contra Venezuela. Se multiplicarán las cadenas de radio y tv. Se escucharán frases como “no pasarán”, “rodilla en tierra” y por supuesto “Yankees go home”.
Es muy propio de los gobiernos dictatoriales, pero sobretodo de los totalitarios, la pretensión de identificar a la nación con ellos mismos. De alguna manera eso tiene una cierta justificación al tiempo del nacimiento de la nación. Es así como en nuestra América Bolívar, Washigton y San Martín son llamados “padres de la patria”. Lo demás es cuento.
El cuento más trajinado es el de recontar o reescribir la historia. Tierra arrasada es el pasado y la historia comienza con la llegada del nuevo fundador. Así lo hicieron en el pasado reciente Hitler, Mussolini y Stalin, este último llamado “el padrecito”. Es así como esta farsa anti republicana y anti democrática se inicia con un cambio de nombre es la V república. La Bolivariana.
El usurpador quiere vendernos a estos fulanos como encarnación de la República. Nosotros lo rechazamos. No representan ni a la nación, ni a su pueblo. Su presencia envilece el gentilicio y su actuación degrada a la nación para la que se pide respeto. Su único gesto de valor cívico para bien de la patria sería trasladarse allá para asumir su defensa.
Un gesto inalcanzable entre los protagonistas de dos asesinatos, el de Franklin Brito en tiempos del difunto eterno y el de Rodolfo González, apenas ayer. Esos dos óbitos son emblemáticos entre los miles acumulados en estos 16 años que se inician con las víctimas en Puente Llaguno. El ayuno impuesto a su cuerpo por Brito en un caso y el balanceo de péndulo por González en el otro, son equivalentes al grito de Patrick Henry “denme la libertad o denme la muerte”.
El gobierno optó, Chávez en su tiempo y el usurpador ahora, por darles la muerte, mientras pide solidaridad con los infames, manipulando el sentimiento nacional con una campaña publicitaria, la única que es capaz de acometer, invocando la fantasiosa agresión de los Estados Unidos, mientras permite que Guyana campee con hechos, no con palabras en las aguas de nuestra plataforma deltiana. Esta actitud ambivalente permite visualizar indicios precisos y concordantes de que son más de siete, muchos más. Aprobarán otra habilitante para multiplicar los Britos y los González.