El Banco Central de Venezuela (BCV) una institución creada en el año 1939, para velar por la estabilidad monetaria y de precios del país y es el único autorizado para emitir la moneda de curso legal en Venezuela. Es una persona jurídica de derecho público con autonomía para la formulación y el ejercicio de las políticas de su competencia y tiene rango constitucional desde la Constitución de 1999; en ella se reconoce su carácter autónomo e independiente de las políticas del gobierno nacional.
Durante décadas el BCV pudo crear un alma institucional formada por obreros, empleados, técnicos y directivos de primer nivel organizativo. Hoy, el mérito y la excelencia en el trato al personal están en crisis.
Profesionales técnicos del BCV han dirigido una comunicación a la opinión pública donde expresan las razones por las cuales se deterioran las bases de esa organización, pilar fundamental de la estabilidad monetaria del país.
A continuación la comunicación de los técnicos del BCV
El descontento se propaga entre los trabajadores del BCV, sean estos profesionales, empleados de apoyo y obreros. Son muchos los factores que explican este descontento.
1. Ha habido un deterioro del salario real de quienes laboramos en el BCV. Durante 2014 y lo que va de 2015, con una inflación galopante, los aumentos de salarios que han aplicado las autoridades se han traducido en una declinación de nuestro poder adquisitivo. Este año con una inflación estimada de al menos 140,0% un aumento de 50,0% es absolutamente insuficiente. Ello está destruyendo los incentivos para trabajar en una institución que la caracterizó la excelencia.
2. Los técnicos de las áreas de estudio y estadísticas pasan por un momento de muchas dificultades. Sus comunicaciones están controladas, sus correos intervenidos y sus teléfonos pinchados. Adicionalmente cunde la desmoralización por el hecho de que no se publican las cifras y datos relevantes de la economía nacional, como por ley está obligado a hacerlo el Directorio del BCV. Además hay que soportar los vejámenes de directores ignorantes y asesores del presidente y vicepresidente del Banco literalmente analfabetos en materia económica y financiera.
3. Hay un deterioro marcado en el servicio del comedor, tradicionalmente de calidad. El menú dietético fue eliminado y se redujo la cantidad y calidad de los alimentos servidos. Ahora solamente se sirve un solo menú.
4. El servicio médico y de farmacia pasan por un momento muy difícil. Ahora se le dice a muchos empleados activos y jubilados que compren sus medicinas y luego se le reembolsa el costo debido a la escasez de fármacos. Muchos médicos especialistas y odontólogos han abandonado al BCV porque los precios de sus servicios no se ajustan. Han reclamado para que se mejore los baremos y ello no se hace con la prontitud que exige un estado inflacionario, creado por el mismo BCV.
5. Impera el nepotismo. Familiares de jefes del PSUV ocupan cargos fundamentales sin tener los méritos para ello y ni la trayectoria en el Instituto, como son los casos de hermanas de Aristóbulo Istúriz y José Vielma Mora.
6. El presidente Nelson Merentes maneja un presupuesto paralelo de ayudas sociales con fines políticos. Ello es el caldo de cultivo para la corrupción, ya endémica en él.
Recurrimos a La Patilla en esta oscurana informativa que sufre el país porque ha sido el único medio que publica nuestras informaciones, todas ciertas y atiende las quejas.
Técnicos del BCV