“Distinto es evitar la distorsión de los problemas más importantes del país y muy otra la de obviarlos, creyéndolos resueltos por un silencio que jamás será prudencia, sino complicidad de entreguistas”, expresó el diputado Luis Barragán sobre la reclamación esequibana, en el foro “Litigios fronterizos: viejos conflictos, nuevas dimensiones”, celebrado por el Instituto de Altos Estudios de América Latina (Iaeal) de la Universidad Simón Bolívar (USB).
“El asunto no estriba en que el reclamo territorial pierda o gane notoriedad a propósito de los comicios parlamentarios, sino en la agravación del problema que habla de la otra procesión que llevamos todos por dentro. Nada o muy poco se sabe de las correcciones que ha hecho la cancillería en su tratamiento, absolutamente desinformada la Asamblea Nacional que no incurre en la más modesta interpelación de los funcionarios relacionados; ni conocemos de una respuesta del oficialismo respecto a proyectos de leyes como el de la creación del estado Esequibo y la ampliación del Consejo de Defensa de la Nación recientemente planteados por la bancada opositora”.
“La academia asume su responsabilidad al advertir y tratar de orientar a los decisores públicos”, indicó el parlamentario en el foro que contó también con los doctores Luis Alberto Buttó, José Alberto Olivar, Claudio Briceño Monzón, Manuel Donis y Germán Guía, como panelistas, quienes profundizaron en una materia de complejos orígenes e implicaciones, junto a una audiencia informada.
El diputado Barragán, aspirante a la reelección por el estado Aragua, finalmente señaló: “El gobierno nacional está ligando que todos nos olvidemos de sus errores respecto a la reclamación del Esequibo, sin las debidas rectificaciones. No obstante, aportes como los que realiza la academia, dan una campanada de advertencia sobre lo que es importante, más allá de lo urgente, ante las mentiras de un régimen que, por cierto, es capaz de plantear un Proyecto de Presupuesto, sin decirnos cuál es la tasa inflacionaria que tenemos y tendremos, o el tipo de cambio, propio del socialismo parasitario que trata de convertir en circo cualquiera de nuestras calamidades. Una de ellas es el diferendo territorial que luce como una bomba silenciosa que puede estallar, convirtiendo a Guyana en algo más que un dolor de cabeza”.
Nota de prensa