2016 será un año importante para Venezuela, pero no decisivo. Será, eso sí, parte del proceso que se inició en 2015, un proceso de regreso de Venezuela hacia la democracia y la libertad. Como parte del proceso podrá mostrar fuertes oscilaciones entre las dos tendencias, la tendencia que lleva a la democracia y la que se empeña en mantenernos en la ruina y en la degradación. Sin embargo, no parece haber dudas en la mente de los venezolanos de cuál es el camino que se debe transitar, no importa los peligros: el camino hacia la democracia y hacia el fin del narco-régimen.
POLÍTICA
La victoria de la oposición unificada el pasado 6D modifica, como lo pronosticó Alberto Quirós Corradi en su Bola de Cristal para 2015, el cuadro de poder político en Venezuela. Este cambio dramático se va a potenciar con la crisis económica y social más aguda que recuerde la Venezuela moderna para producir un año de gran inestabilidad política, un año en el cuál se llevará a cabo una pugna intensa entre el régimen que se niega a desaparecer y una sociedad venezolana que se siente hastiada por los abusos y errores del experimento fallido que ha sido la revolución bolivariana. Esta pugna terminará probablemente con la salida de Nicolás Maduro del poder, no solo debido a su postura de desafío a la voluntad popular sino a la agudización de la crisis económica. Como ha ocurrido en el pasado, la fuerza armada jugará un papel de árbitro pero esta vez inclinará la balanza hacia las fuerzas de la democracia, después de haberlo hecho en años anteriores a favor del régimen autocrático de Hugo Chávez. La salida anticipada de Maduro del poder debe conducir a un llamado a elecciones presidenciales, ya que no habrá ningún posible remplazo de Maduro que garantice el regreso de la democracia.
ECONOMÍA
La economía venezolana apenas sobrevivió al año 2015 pero no podrá sobrevivir en el 2016. La combinación de deudas por pagar y la baja en los ingresos petroleros hará imposible evitar la cesación de pagos. El hueco fiscal para 2016 estará entre los $30-40.000 millones, una suma que no puede resolverse a corto plazo mediante cambios de política económica. Esta crisis generaría presión adicional al cambio de gobierno y, posiblemente, a una intervención del Fondo Monetario Internacional como prestamista de último recurso. China no estará dispuesta a ampliar sus créditos a un gobierno tambaleante, muy debilitado por las acusaciones de ineptitud y corrupción.
PETRÓLEO
El escenario petrolero mundial estará caracterizado por precios débiles durante la mayor parte del año, como resultado de los inventarios muy altos existentes y de la entrada a los mercados mundiales de petróleo de Irán y de la determinación de Arabia Saudita de no recortar producción. La posible entrada de USA al mercado de exportación de crudo aumentaría aún más la presión de los precios hacia la baja. El petróleo venezolano, de menor calidad, perdería parte de sus mercados, lo cual agravará la situación económica doméstica. Se irán de la Faja algunas de las empresas que no han podido o querido desarrollar sus bloques. En PDVSA habrá un cambio de presidencia, lo cual no tendrá impacto positivo porque se tratará de alguien identificado con la ruinosa política petrolera de los últimos 16 años. Es probable que haya cambios de importancia en el suministro de petróleo a Cuba y a los otros países miembros de PetroCaribe y ALBA.
CORRUPCIÓN
Durante 2016 se llevarán a cabo sanciones Estadounidenses y/o detenciones de prominentes funcionarios públicos venezolanos activos en los sectores petrolero y bancario. Se revelarán lazos adicionales del narcotráfico con funcionarios de alto nivel del régimen y de sus entornos familiares, así como las conexiones entre funcionarios de PDVSA y algunos contratistas. Estas revelaciones contribuirán a generar importantes cambios políticos en el país.
PRESIÓN INTERNACIONAL
A diferencia de años anteriores, durante los cuales los sectores políticos regionales y mundiales mostraron un terrible silencio e indiferencia frente a la situación venezolana, en 2016 habrá una actividad significativa de organismos internacionales y de líderes políticos de la región para influenciar la situación venezolana a favor de la democracia. Al mismo tiempo, el apoyo al gobierno actual por parte de líderes regionales miembros del ALBA se debilitará, dada la nueva relación de Cuba con los Estados Unidos y a la interrupción del flujo de dinero a Ecuador, Nicaragua y Bolivia. El régimen ya ha perdido el apoyo de Argentina y ve alejarse de su esfera de influencia a los países miembros de PetroCaribe debido a su incapacidad para seguir suministrando petróleo subsidiado. Brasil, inmerso en su propia crisis, retirará su apoyo al narco-régimen venezolano. El aislamiento del narco-régimen se agudizará dramáticamente en 2016.
TENDENCIAS
2016 marcará una tendencia hacia la modificación sustancial del cuadro político y social venezolano, de regreso hacia la democracia. Este será un proceso largo y penoso pero que progresará durante 2016. Venezuela estará consciente de haber perdido una generación debido al fracaso de la llamada revolución bolivariana y de haberse empobrecido espiritualmente. Sin embargo, la delincuencia, la corrupción, el colapso de los servicios públicos y la inflación continuarán haciendo sufrir al pueblo venezolano, en otro año más de privaciones que será parte de la herencia maldita que nos dejará el narco-régimen agonizante.
2016 SERÁ UNA LUCECITA AL FINAL DEL TÚNEL
En 2016 los venezolanos veremos una lucecita al final del túnel. Con algunos altibajos se acentúa el regreso de nuestro país hacia la democracia, la libertad y la sensatez. Hay una posibilidad de que ese regreso deba defenderse en la calle, ya que el voto y la calle son estrategias complementarias, lícitas y constitucionales. La independencia de España no fue el producto de un proceso de votación. Como dice el Eclesiastés:
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras;
Tiempo de votar y tiempo de ir a las calles a defender la democracia y la libertad.