¿Los engañará el espejo o les dirá la verdad, como el espejo a la bruja de Blanca Nieves?
Si les dice la verdad:
Padrino López ve una gran T, la T de traidor a su juramento militar, traidor ante su pueblo y ante su país. No es el único traidor entre los generales de este siglo pero es el que le pone la guinda a la torta del deshonor militar.
Maduro verá una gran I, de Ineptitud. Pero también verá la P de Patán. Ha sido el misil que nos tenía guardado Chávez para completar su misión de destrucción.
Rafael Ramírez ve la C de corrupción. De modesto empleado de PDVSA llegó a la presidencia de esa empresa en los hombros de Ali Rodríguez y del difunto. Promovió y participó en un saqueo de PDVSA que no tiene parangón. Su primo Diego y él están investigados por la justicia internacional y el cerco se les cierra.
Ali Rodríguez solo ve la F de Fidel. Ha sido un entreguista de Venezuela a los cubanos. Pasó de terrorista y experto en destrucción de infraestructura petrolera en los años 60 a ser nada menos que presidente de la empresa de la industria que quiso destruir. Su lema (nos dice un testigo de excepción) ha sido: “robar es lícito si se hace para la revolución”
Jorge Giordani ve una gran H en el espejo, la de la hipocresía. Presidió la destrucción del país desde los ministerios de planificación y finanzas, manejando a su antojo los fondos financieros paralelos y ahora se ha convertido en crítico del régimen.
Cabello ve en el espejo la C de Codicia. Ansiedad de poder y riquezas, sin talento ni amor por el país. Hoy anda en picada, con la justicia estadounidense acercándosele lenta pero seguramente.
Tibisay detesta verse en el espejo porque lo que ve es la gran E de entrega. Ha permitido las mayores violaciones a las leyes electorales a fin de garantizarle el triunfo al régimen durante todos estos años.
Escarrá no puede verse completo en el espejo. Apenas ve una gran A, la de la adulancia y el acomodo. Sus continuas contorsiones y saltos de talanquera le han producido dividendos pero también el rechazo de los venezolanos decentes
Cilia ve en el espejo una N, la del nepotismo. En la Asamblea nacional empleó a dos docenas de familiares y posteriormente logró poner a su sobrino a manejar los dineros de PDVSA y del estado. ¿Dónde está ese sobrino ahora? Otros sobrinos están presos por su relación con la N, la del narcotráfico.
Contratistas de PDVSA como Derwick, Roberto Rincón, Hidalgo Socorro y Enoc Martínez ven la gran C de cloaca. PDVSA ha sido la gran cloaca en la cual van a parar todos los residuos fecales del régimen.
La familia Chávez ve en el espejo la A del abuso y del aprovechamiento. Su característica principal ha sido el abuso de poder para obtener beneficios personales. De ser una sencilla y primitiva familia llanera se han convertido en imitadores de los Beverly Hillbillies, nuevos ricos o embajadores a la carrera, producto de su posición de poder político.
Miembros del régimen ilegítimo como Hugo Carvajal, El Aisami, Jorge y Delcy Rodríguez, Tarek Saab, Pedro Carreño, los miembros jubilados y actuales del Tribunal Supremo de Justicia, los ministros de Finanzas y directivos del Banco Central de Venezuela, ven en el espejo la F de forajidos, no de funcionarios. La F de forajidos porque su actuación ha sido contraria a los intereses de la nación, para beneficio de un régimen dictatorial y abusivo y para su propio beneficio.
Embajadores como Bernardo Alvarez, Roy Chaderton, Alfredo Toro Hardy, Isaías Rodríguez y muchos otros ven el espejo la gran V de vendidos a un régimen miserable, para conservar su estatus social y una alta calidad de vida, lejos de una Venezuela que han visto pudrirse en silencio, mientras ellos gozan de las bondades de la civilización, en países donde disfrutan lo que ellos han contribuido a destruir en el propio.
Pienso que pocos compatriotas están conscientes de las verdaderas causas de la tragedia venezolana. Veo explicaciones sobre la crisis que sugieren que no se comprende lo que nos sucede. Se habla de una política social equivocada, de los errores de PDVSA, de incorrectas políticas financieras, para explicar la tragedia. Se mencionan factores abstractos, como si nos hubiesen llegado de otro planeta. Así nunca podremos rectificar los errores. La razón de la quiebra financiera y moral venezolana no es la Corrupción, son los corruptos. Mientras sigamos hablando de corrupción y no investiguemos y enjuiciemos a los corruptos, nada se solucionará. Mientras se siga hablando de políticas sociales equivocadas y no se enjuicie a Hugo Chávez como el máximo culpable, con su populismo y demagogia, de crear más pobreza a pesar de la camionada de dinero recibida, seguiremos produciendo nuevos “chaveces”, en lugar de colocar su nombre en el tope de la lista de los peores venezolanos de la historia.