“Pienso que algunos escritores se sienten obligados a escribir en frases rebuscadas como compensación por una carencia de alguna clase de emoción animal natural”
? James Joyce
Un libro dice mucho lo que quiere expresar el autor, que el lector capta y atrae todas esas vivencias imaginarías o reales, por eso invito a leer un libro a los lectores que leen mi columna de opinión.
Recuerdo, hablando de este tema de libros, Hugo Chávez llegó al poder en el año 1998 usando un discurso estructurado con una excelente ideología para captar soñadores echando mano del libro La Tercera Vía del ex primer ministro inglés Tony Blair, pero cuando se sentó en la silla de Miraflores dio “un gran viraje” (https://es.scribd.com/doc/55846860/VIII-Plan-de-La-Nacion-El-Gran-Viraje), no el que planteo Roberto Smith, se fue al socialismo del siglo XXI, plagado de temas comunistas y autocráticos contenidos en libros como el El Capital de Marx, el Libro Verde del ex dictador libio Muamar el Gadafi, el Libro Rojo de Mao Tse Tung y para usted de contar. No lo he leído ninguno de esos libros hasta el momento, decir lo contrario sería mentir, como le pasó una vez a Nicolás Maduro en ferias del Libro, en una de las cuales un interlocutor escrutó habilidosamente su conocimiento de El Capital percatándose de la supina ignorancia del Primer Mandatario sobre ese libro y su autor; en otra oportunidad, cuando le ofrecieron de regalo un ejemplar de la Historia de la Nación Latinoamericana, del argentino Jorge Abelardo Ramos, Maduro simuló recordarlo y le envió saludos, ante lo que el expositor no tuvo más remedio que “recordarle” que el autor llevaba “20 años” de muerto (https://www.youtube.com/watch?v=NeyHJFynOsM) y, como es de suponer, tampoco tendrá la más mínima idea de la temática de un libro que me mandaron vía digital: “Directorio de Violadores de Derechos Humanos en Venezuela” (http://es.slideshare.net/marioabateliottifalco/directorio-de-violadores-de-los-derechos-humanos-en-venezuela-tomo-i11-1), cuya autoría es de Joaquín F. Chaffardet R.
Ese libro refleja las violaciones de los derechos humanos de los venezolanos, especialmente a manos de Fiscales del Ministerio Público, jueces, policías, militares, delatores o patriotas cooperantes, diputados nacionales y regionales, concejales, empresarios cómplices del régimen, gobernadores, alcaldes, jefes e integrantes de los colectivos del PSUV, armados por el régimen y que actúan con apoyo militar, etc. Aborda especialmente las trasgresiones de quienes concibieron las tristemente famosas “Lista Tascón” y su versión mejorada “Lista Maisanta”, elaboradas por instrucciones del Comandante Supremo, con información suministrada por el CNE, creadas con el único fin de perseguir y cercenar los derechos humanos de millones de venezolanos que ejercieron un derecho constitucional: solicitar la realización de un referéndum revocatorio en el 2003 y que no admitiría parangón en la actual coyuntura del país.
En el largo directorio de personas que el autor Joaquín Chaffardet hizo durante su extensa investigación, menciona a funcionarios que fueron sancionados por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien firmó una ley que suspende visas y congela activos en territorio estadounidense pertenecientes a esos funcionarios venezolanos considerados responsables de violaciones de derechos humanos en Venezuela. Y como lo que es bueno para el pavo, también es bueno para la pava, ahí les dejo la lista de violadores de derechos humanos según el gobierno americano: Luis Augusto Acuña Cedeño, Jesús María Alarcón Hernández, Carmen Teresa Meléndez Rivas, Carlos Alberto Alcántara González, Juan Carlos Alemán Pérez, Francisco Ameliach Orta, Eladio Aponte Aponte, Francisco Arias Cárdenas, Antonio José Benavides Torres, Diosdado Cabello Rondón, Marjorie Calderón Guerrero, Francisco Carrasquero López, Adán Coromoto Chávez Frías, Aristóbulo Iztúriz, Miguel Ángel Cusinato Balleste, Héctor Alberto Dávila Mendoza, Rosa Dorita De Freitas Vieira, David De Lima, Edgar David Delgado Merentes, Arcadio de Jesús Delgado Rosales, Marcos Tulio Dugarte Padrón, Marlon José Dulcey Parada, Haifa El Aissami Madah, Tareck Zaidan El Aissami Madah, Yamileth Coromoto Fajardo Perdomo, Jesús Germán Farías Tortosa, Hugo Carvajal (mejor dicho, Peck Peck), entre otros…
Además, Joaquín Chaffardet nombra casos sonados de violaciones de derechos humanos: Danilo Anderson; Simonovis y funcionarios de la Policía Metropolitana; Oswaldo Álvarez; María de Lourdes Afiuni; Leopoldo López; del Profesor Pablo Aure. No sé si es por falta de espacio, pero son cientos los casos en Venezuela de presuntas violaciones que se han cometido en el país y sobre los cuales nadie dice nada por razones lógicas relacionadas con mecanismos intimidatorios. La misma ex defensora Gabriela Martínez no se ocupó de defender los derechos ciudadanos, sino las políticas oficiales, según el autor de este libro ella dijo a viva voz que la tortura tiene sentido al ser aplicada para obtener una confesión, por lo que según ella si no se aplica para obtener una confesión se trata simplemente de un trato cruel o degradante. Públicamente apoyó las acciones violentas contra las manifestaciones pacíficas de los estudiantes y la población en general…
En opinión del escritor el gobierno es una dictadura, en ese sentido se encontró con una realidad que así lo revela: la política de Estado llamada “Hegemonía Comunicacional”, centrada inicialmente en el control y censura de la radio y la televisión, haciendo blanco de sus ataques a medios que dependen para su funcionamiento de una concesión del Estado, por tanto, vulnerables a las presiones oficiales, sin alcanzar inicialmente a la prensa escrita que no requiere, hasta ahora, permiso del Estado para funcionar. Para subsanar esa debilidad en su política de “hegemonía comunicacional”, la dictadura se trazó una nueva táctica: ahogar a la prensa escrita independiente. El instrumento escogido fue cortarle el suministro de papel o hacérselo tan oneroso que conduzca a la quiebra.
Espero que lean este libro, texto esclarecedor sobre la realidad que se vive en Venezuela por las presuntas violaciones de los derechos humanos a manos de funcionarios gubernamentales a todo nivel, como lo expresa el autor refiriéndose a quienes desde la cúpula corrupta abusan del poder en perjuicio del pueblo que dicen representar. Espero que pronto salga el Segundo Tomo del libro “Directorio de Violadores de Derechos Humanos en Venezuela”, con más nombres y nuevos casos que se quieren ocultar.
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