El director y editor del diario venezolano “El Nacional”, Miguel Henrique Otero, criticó la apertura del diálogo y advirtió de que, si no se inicia una “verdadera y rápida negociación” en Venezuela, se puede llegar a un baño de sangre.
Otero se encuentra en Roma para asistir hoy en el Vaticano a la ceremonia de creación como nuevo cardenal del arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, y dijo que aprovecharía la ocasión para hacer llegar una carta al pontífice sobre la situación en el país y sobre la mesa de diálogo con el Gobierno, en la que participa la Santa Sede.
En una entrevista con Efe, Otero criticó sin medias tintas la nueva apertura de una mesa de diálogo “en un momento en el que el Gobierno de Nicolás Maduro estaba contra la pared y a las puertas una rebelión, como la prevé un artículo de la Constitución”.
Y ante el apoyo que el papa Francisco ha manifestado en varias ocasiones a este proceso de diálogo, Otero reconoció que “el diálogo es importante, pero que si ese diálogo no pasa a una negociación, si no hay resultados inmediatos, Venezuela va a retomar la rebelión y esta puede acabar en un baño de sangre”.
“La iniciativa de diálogo hizo que todo se detuviera. Que se detuvieran la Asamblea, el juicio a Naduro y la gran marcha al Palacio de Gobierno”, aseguró.
Para el director de El Nacional, que vive en el exilio desde hace dos años, por el momento es sólo una copia de los diálogos anteriores donde se sientan a hablar, “pero no hay una verdadera negociación”.
Desde que empezó este nuevo diálogo, “el Gobierno soltó a dos o tres presos políticos de los 200 aún encarcelados y ayer soltó a dos mas; a ese ritmo en 2021 llegarán a soltar a todos los presos”, señaló irónicamente.
“Esto es sólo un saludo a la bandera. O los sueltan a todos o no merece la pena lo que están haciendo”, afirmó y recordó que “en cada manifestación hay siempre varios detenidos”.
Otero abogó porque el diálogo se convierta en una verdadera negociación que parta de varios puntos firmes: “Elecciones generales a corto plazo; la liberación de todos los presos, porque este sistema de goteo de liberaciones no vale, el reconocimiento de la Asamblea Nacional y reconocer que Venezuela necesita ayuda internacional”.
Hizo presente que “dialogar por dialogar es muy fácil” y que hasta ahora “Maduro no ha aceptado nada” y alertó de que “Venezuela está en una situación catastrófica, a punto de un baño de sangre y una olla de presión y de esto tienen que tomar conciencia todos los que están involucrados”.
Al respecto, Otero criticó la elección de los interlocutores en este diálogo al afirmar que “la incorporación de los expresidentes da un estatus a la reunión, pero lo que están haciendo es colocar a gente favorable de Maduro”.
A pesar de que Francisco elogió la talla política de los expresidentes de España José Luis Rodríguez Zapatero, de Panamá Martín Torrijos y el dominicano Leonel Fernandez, aseguró “que funcionan sólo como representantes del Gobierno”.
“No creo que Zapatero tenga talla política. Si preguntamos a los españoles nos dirán que el Gobierno de Zapatero es uno de los peores que ha tenido España y además se opuso al referéndum revocatorio cuando era un petición mayoritaria de los venezolanos”, manifestó Otero.
Sobre la situación económica que acucia a los venezolanos, el disidente aseguró que es “incomprensible que una de las naciones petroleras más grandes del mundo esté atravesando una crisis humanitaria como la de Haití tras el huracán”.
Pero lo que consideró aún más incomprensible “es que el Gobierno no lo quiera reconocer” y no pida ayuda internacional.
“Está muriendo gente por desnutrición, el nivel de hambre es altísimo y la incapacidad de la gente de comprar productos básicos es terrible”, denunció.
Al comentar la decisión de Francisco de hacer cardenal al arzobispo Baltazar Porras, valoró que “se ha tratado de una decisión muy importante porque ha sido un hombre que ha acompañado a los demócratas venezolanos y tiene una posición muy combativa y muy fuerte en Venezuela y ha sido perseguido por el régimen durante el Gobierno de (Hugo) Chávez, quien pidió a la Iglesia venezolana que le destituyeran pero no lo hicieron”.
Para Otero, la concesión de la púrpura a Porras, quien fue “desde el principio voz de la expresión de esa critica, es muy significativa y es apoyar a la crítica a Venezuela”.
Según el periodista, “La Conferencia Episcopal ha cambiado su posición que tenían cuando comenzó el chavismo, pues los niveles de pobreza son ahora mucho mayores que antes de la llegada de Chávez y ahora es realmente crítica contra el Gobierno”. EFE