El delantero ghanés del Milan Kevin-Prince Boateng abandonó el campo durante un amistoso contra el Pro Patria de cuarta categoría después de recibir insultos racistas por parte de un grupo de personas que estaban la grada y sus compañeros de equipo le siguieron posteriormente.
“Es una vergüenza que cosas como esta sigan pasando”, declaró el futbolista, de 25 años, en su cuenta de Twitter.
En el minuto 26 del partido amistoso de su equipo contra el Pro Patria y ante los gritos racistas que lanzaba una parte de la afición del equipo lombardo, Boateng cogió el balón y le pegó una patada hacia la grada desde la que se escuchaban los gritos racistas, abandonando seguidamente el terreno de juego.
Sus compañeros del Milan también se marcharon pese que a los jugadores del Pro Patria les pidieron que se quedaran.
El árbitro del partido ya había detenido en dos ocasiones el encuentro por los insultos racistas que recibían los jugadores de raza negra del Milan: además de Boateng, su compatriota Sulley Muntari, el francés M’Baye Niang y el holandés Urby Emanuelson.
Según el diario La Gazzetta dello Sport, es la primera vez en Italia que se suspende un partido de fútbol por los insultos racistas de los aficionados.
“Salir fue la decisión correcta después de algo como lo sucedido”, declaró el entrenador del Milan Massimiliano Allegri acerca de lo sucedido.
“Tenemos que detener estos actos grotescos. Italia es un país que tiene que mejorar y ser más civilizado”, añadió el preparador a los periodistas presentes.
“Es algo intolerable, era sólo un amistoso. No podíamos haber seguido, teníamos que dar ejemplo”, añadió el capitán del equipo Massimo Ambrosini.
El presidente de la Federación Italiana de Fútbol Giancarlo Abete apoyó el gesto de Boateng y denunció un “resurgimiento de la discriminación racial”.
“Fue un incidente horrible e intolerable”, añadió el presidente federativo, que conminó a los organismos deportivos a trabajar con la policía para identificar a los aficionados racistas.
Sin embargo, Gigi Farioli, alcalde de la localidad lombarda de Busto Arsizio (norte), donde tiene su sede el Pro Patria, calificó la actitud de Boateng de “inapropiada”.
“Ha lanzado un balón a 200 km/h contra un aficionado”, criticó el alcalde, del mismo partido que el exjefe del gobierno italiano y propietario del Milan Silvio Berlusconi, quien consideró además que debía haber sido el árbitro quien hubiese tenido que acabar con los gritos de los aficionados… y expulsar a Boateng por su “reacción inapropiada”.
La hija de Berlusconi, Barbara, miembro de la directiva milanista y novia del futbolista brasileño Pato, apoyó también a su jugador: “Debe haber tolerancia cero contra este tipo de incidentes. Los partidos deberían suspenderse inmediatamente, también los del campeonato”.
“No se puede pretender siempre que no se ha visto o escuchado nada”, añadió.
Boateng, de 25 años, nacido en Alemania pero que jugó con Ghana el Mundial-2010, estuvo antes en las filas del Tottenham, Borussia Dortmund y Portsmouth.
El racismo es un problema en los estadios italianos y muchos dirigentes han sido acusados de no luchar a fondo contra este tipo de comportamientos.
El pasado mes de noviembre, la federación italiana tuvo que disculparse por el ataque de un grupo de aficionados de la Lazio contra seguidores del Tottenham inglés, en lo que se consideró un ataque antisemita.
AFP