El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este jueves en Caracas que su país mantuvo a finales de 2012 contactos con el gobierno de Estados Unidos, autorizados por el mandatario Hugo Chávez, y atacó a la derecha venezolana e internacional por manipular la información al respecto.
“Estos días hemos visto cómo ha tratado de tergiversarse un evento que sencillamente se trató de desarrollar con la autorización del presidente de la República en los últimos días de noviembre, principios de diciembre, y tiene que ver con la relación con el gobierno de Estados Unidos”, dijo Maduro durante la visita a una planta de café en Caracas, poco después de regresar de Cuba, donde visitó a Chávez, operado hace tres semanas de un cáncer.
El vicepresidente, acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; afirmó que “se están manejando todas estas manipulaciones” desde Estados Unidos.
Washington también confirmó el jueves contactos con el oficialismo y la oposición de Venezuela, pero negó que el gobierno de Barack Obama esté involucrado en una posible transición ante el delicado estado de salud de Chávez.
“Obviamente hablamos con venezolanos de todo el arco político, como hacemos con todos los países en el mundo”, manifestó la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien reconoció en el turno de preguntas que existen contactos políticos con responsables gubernamentales de Caracas.
Venezuela y Estados Unidos mantienen una tirante relación diplomática y desde 2010 carecen de sus respectivos embajadores, pese a que Caracas le vende casi un millón de barriles diarios de petróleo a Washington.
El vicepresidente venezolano atacó también a varios medios de comunicación internacionales, como el diario español ABC o la colombiana Radio Caracol, por difundir esa información manipulada con la intención de organizar “campañas para tratar de crear incertidumbres”.
El periódico ABC informó el jueves que Maduro estaba negociando con la agencia antidrogas estadounidense DEA (por sus siglas en inglés) su retorno a Venezuela para “acorralar” a Cabello ante una posible pugna por el liderazgo del país si Chávez no pudiera seguir gobernando debido a su salud.
El exmagistrado Eladio Aponte, destituido por la Corte Suprema de Justicia de Venezuela por vínculos con el narcotráfico y que ahora colabora con la DEA, acusó en abril de 2012 a Cabello, junto con otros altos funcionarios, de tráfico de drogas.
El estado de salud del presidente Chávez despierta dudas de que pueda reasumir el 10 de enero, como dice la Constitución, algo que el gobierno no ha aclarado hasta ahora.
Al anunciar que debía ser operado por cuarta vez del cáncer que padece desde junio de 2011, Chávez designó a Maduro como su sucesor y candidato del oficialismo si se realizan elecciones presidenciales en el caso de que él quede “inhabilitado”. AFP