Todas las ciudades y pueblos españoles se preparan para la llegada de los Reyes Magos de Oriente, quienes llenarán de regalos los hogares del país la noche del 5 de enero, si bien la crisis económica les empujará este año a ser un poco más austeros.
Unas horas antes de que comiencen su reparto casa por casa, Sus Majestades de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, desfilarán acompañados por sus pajes por cada una de las localidades españolas en las tradicionales Cabalgatas de Reyes.
En estos desfiles, los Reyes Magos reparten caramelos y todo tipo de pequeños regalos a los niños, quienes estarán contando las horas para la llegada de la que los españoles llaman “la noche más mágica del año”.
En la mayoría de los municipios las cabalgatas de Reyes Magos contarán este año con presupuestos reducidos aunque los desfiles seguirán siendo igual de vistosos gracias a las iniciativas solidarias.
Miles de voluntarios, colectivos ciudadanos y distintas hermandades participarán de manera altruista en los desfiles, que de esta manera no quedarán deslucidos a pesar de los recortes presupuestarios.
También las organizaciones sin ánimo de lucro multiplicaron las actividades solidarias y han recaudado fondos para que en la noche de Reyes no falten alimentos y juguetes en los hogares de los más necesitados.
Los ayuntamientos de muchas ciudades, conscientes de su escaso presupuesto, recurrieron a entidades privadas para financiar los gastos de sus cabalgatas mientras que la mayoría de los caramelos que se repartan serán de comercio justo.
Entretanto, tal y como hiciesen hace 2.000 años en su visita al Niño Jesús, los Reyes Magos llegarán a España, si bien en este viaje podrán aprovechar, además de sus camellos, otros medios de transporte más modernos, como el tren, el barco en algunas ciudades costeras, e incluso helicópteros.
Una vez los reyes magos hayan desfilado, los niños españoles deberán volver a casa e irse pronto a dormir, no sin antes haber dejado algunas viandas a la entrada de sus casas para que Sus Majestades de Oriente puedan recuperarse de su agotadora labor.
Así, es tradición dejar leche, dulces y galletas para los Reyes Magos y al menos un cubo de agua para sus camellos, para que puedan recuperar fuerzas, además de un par de zapatos por cada miembro de la familia para poder facilitarles el recuento de regalos.
Al día siguiente, estas familias disfrutarán del típico Roscón de Reyes, una masa dulce adornada con rodajas de fruta cristalizada o confitada de colores variados en la que se introducen “sorpresas” como figuritas de la Virgen y San José, además de la temida Haba, pues a quien le toque deberá pagar el roscón.
Los niños más traviesos también probarán el carbón dulce que les dejen los Reyes Magos en señal de aviso para que el próximo año se comporten mejor.
La tradición de los Reyes Magos de Oriente sigue prevaleciendo entre los niños españoles, a pesar de la irrupción en los últimos años de un potente competidor, Papá Noel o Santa Claus.