Afganistán comenzó a liberar a cientos de prisioneros talibanes con la esperanza de facilitar el proceso de paz y estabilizar el país antes del retiro de la mayoría de tropas de la OTAN a finales de 2014, a pesar de las reticencias de Washington que teme que estos hombres retomen las armas.
Unos 80 hombres fueron liberados el viernes de la cárcel de Pul-e-Charkhi, el centro de detención más grande de Afganistán, al este de la capital. Otros centenares de detenidos serán liberados próximamente.
Arrestados por la fuerza multinacional de la OTAN en Afganistán (ISAF), la mayoría de los prisioneros estuvieron detenidos en la prisión estadounidense de Bagram, al norte de Kabul, antes de ser entregados a las autoridades afganas.
“Estuve 20 meses en la cárcel”, aseguró un prisionero al ser liberado. “Me arrestaron en Kandahar (sur). No sé por qué me detuvieron, pero fui arrestado por soldados extranjeros”.
El hombre de unos 30 años afirma haber sido tratado correctamente, mientras que otro prisionero, que dice haber sido arrestado en la provincia de Sari Pol (norte), explica que fue maltratado por agentes de los servicios secretos afganos.
“Los prisioneros liberados hoy (viernes 4 de enero) no son criminales. Me acusaron de ser un talibán, pero soy inocente. Fuimos maltratados por los agentes de los servicios secretos afganos. Su comportamiento era terrible”, añadió el hombre liberado dos años y medio después de su arresto.
El presidente Hamid Karzai, que se entrevistará con su homólogo estadounidense esta semana en Washington, hizo del control de la cárcel de Bagram y de sus 3.000 detenidos una condición para el futuro de las relaciones entre Afganistán y Estados Unidos después de 2014.
Estados Unidos transfirió a las autoridades afganas el control de la prisión de Bagram el año pasado, pero el gobierno estadounidense se dijo preocupado por las liberaciones, estimando que muchos de los presos se unirán a las filas de la rebelión.
Varios de los detenidos fueron arrestados en las provincias de Khost, Kunar y Uruzgan (este), feudo de los islamistas.
El general Gulam Faruk, que dirige Bagram, indicó que los detenidos liberados “se comprometieron por escrito a no implicarse en actividades de insurrección”.
Un total de 485 prisioneros seleccionados cuidadosamente por el ministerio de Defensa y del Alto Consejo por la Paz serán liberados de Pul-e-Charkhi, añadió.
Tras una década de combates, las tropas de la OTAN y sus aliados afganos no han logrado dominar a la insurrección, lo que explica el deseo de Kabul de iniciar un diálogo de con los rebeldes antes de 2014.
Contactos preliminares entre Estados Unidos y los talibanes afganos habían fracasado en marzo 2011 después de la negativa de Washington de liberar a dirigentes talibanes detenidos en Guantánamo.
El gobierno del presidente Karzai elaboró una plan según el cual espera convencer a los talibanes y a otros grupos rebeldes de aceptar un cese el fuego y unirse en el esfuerzo de construcción de la democracia.
“Estas liberaciones hacen parte de los esfuerzos. Pero es “prematuro” saber si tendrán o no el efecto deseado, estimó el Alto Consejo para la Paz.
Por su parte, Pakistán, considerado como un actor clave de la reconciliación afgana, ha liberado a unos treinta dirigentes talibanes desde mediados de noviembre.
Kabul espera que los dirigentes liberados podrán convencer a su jerarquía de iniciar diálogos de paz.
AFP