El año pasado murieron en Pakistán 5.047 personas en incidentes violentos de diversa índole, casi la mitad que en 2010, según un informe publicado por un centro de estudios cuyo director alertó hoy de que esa tendencia positiva puede variar.
El Instituto de Pakistán para Estudios de Paz (PIPS) detalló en un estudio hecho público el viernes que en 2012 se redujo tanto el número de víctimas de violencia como el número de ataques de las facciones talibanes y otros grupos afines.
Los ataques terroristas han bajado de intensidad por tercer año consecutivo, pero la tendencia parece estar cambiando desde diciembre, dijo a Efe el director del PIPS, Mohamed Amir Rana, quien alertó sobre la falta de una estrategia eficaz de las autoridades.
Para Rana las intervenciones militares paquistaníes y los bombardeos con aviones no tripulados de EEUU han minado la capacidad de los insurgentes, pero esas acciones no bastan y los talibanes, agrupados bajo las siglas TTP, parecen estar reorganizándose.
El especialista alertó de que la proximidad de las elecciones generales en Pakistán, previstas para la próxima primavera, puede servir de acicate para el incremento de acciones terroristas destinadas a influir en la opinión pública y los partidos políticos.
Según los datos del PIPS, la región más castigada por la violencia el año pasado fue la provincia suroccidental de Baluchistán, seguida por la provincia de Khyber Pathtunkwa -situada al noroeste- y el vecino cinturón tribal fronterizo con Afganistán.
El informe también constata un importante aumento de la violencia sectaria, en especial dirigida contra la minoría chií del país; el año pasado murieron un total de 537 personas en este tipo de atentados.
EFE