Se trata de siete esculturas íntegras de dos metros de altura que ilustran el mito griego de Niobe y los Niobidi, que el poeta romano hizo referencia en uno de los pasajes más célebres de la “Metamorfosis”, concluido en el siglo 8 d.C, y que el paso de los siglos ha vuelto a poner de actualidad gracias a este descubrimiento, del que se ha informado hoy.
Asiduo en la villa de su mecenas, Ovidio pudo contemplar todo el esplendor del grupo escultórico e inspirarse para trasladar de la escultura a la poesía la tragedia del mito de Niobe, cuya soberbia fue castigada con la muerte de sus hijos.
La superintendente de Bienes Arqueológicos del Lazio, Elena Calandra, explicó hoy a Efe que existe también la hipótesis de que fuera el propio Ovidio quien sugiriese a Mesalla que colocara las esculturas en la piscina de la villa, en la ciudad de Ciampino (Roma), donde fueron encontradas en el marco de unas excavaciones preventivas.
Además de protector de Ovidio, Valerio Mesalla creo el círculo artístico frecuentado por algunos intelectuales y poetas más importantes de la época de Augusto (63 a.C-14 d.C), como Tibullo, de los que el cónsul también hizo de mecenas.
Para el director científico de las excavaciones, Alessandro Betori, la importancia de este descubrimiento realizado entre junio y julio del pasado año, es que, aunque ya se habían encontrado previamente esculturas relacionadas con el mito de Niobe, es la primera vez que aparece de forma homogénea gran parte del grupo de los Niobidi.
Entre las figuras, destaca la escultura Niobe mientras asiste desesperada a la muerte de sus hijos y dos estatuas masculinas de dos jóvenes que presencian la muerte de sus hermanos. EFE