Por lo menos 16 agentes de policía resultaron heridos el sábado en nuevos incidentes entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte a raíz de las nuevas normas para uso de la bandera británica en el Ulster, informaron fuentes policiales.
Los agentes fueron heridos por ladrillos y bengalas pirotécnicas cuando trataban de interponerse entre los dos grupos.
La policía tuvo que utilizar cañones de agua a presión y disparó balas de caucho durante los incidentes en Belfast, los más recientes episodios de violencia después de cinco semanas de desórdenes por las nuevas reglas sobre el uso de la bandera británica en lugares públicos.
Testigos dijeron que la policía trató de montar un cordón para aislar y mantener separados a los representantes de la comunidad protestante (leal a Gran Bretaña) y a los nacionalistas católicos en el área de Short Strand, mientras ambas partes se arrojaban piedras y objetos incendiarios.
Poco antes, por lo menos 1.000 personas se reunieron delante del ayuntamiento de Belfast para protestar.
El primer ministro de Irlanda del Norte, Peter Robinson, debería reunirse esta semana con el viceprimer ministro, Martin McGuinness, la ministra británica para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, y el viceprimer ministro de Irlanda, Eamon Gilmore.
Irlanda del Norte se vio sumergida en una oleada de protestas a menudo violentas desde el pasado 3 de diciembre, cuando el consejo municipal de Belfast votó una ley que redujo a apenas 18 días al año el número de veces que la bandera británica sería izada en los edificios públicos.
Para los protestantes leales a Gran Bretaña, la decisión de restringir tan drásticamente el uso de la bandera británica es un ataque a su identidad y una concesión inaceptable.
Un acuerdo de paz firmado en 1998 puso fin a tres décadas de violencia entre protestantes y católicos, pero se siguen registrando esporádicas amenazas de bomba y de asesinato.