La consigna estaba clara desde el principio: «Sería deseable que los niveles de información sobre la dolencia exacta del presidente siguieran siendo reservados y se limitaran las referencias que pudieran dar “pistas” a la oposición». El documento interno chavista, realizado tras las primeras operaciones de Hugo Chávez de junio de 2011, añadía: «Es más, el dar señales contradictorias o decir “medias verdades” podría coadyuvar a que la oposición siguiera realizando sus análisis de manera ciega alimentando las ansias de poder dentro de la misma y, por ende, su división y fragmentación política», así lo publicó ABC.es.
Emili J. Blasco/ Corresponsal en Washington
La estrategia se diseñó en el círculo estrecho que rodeaba a Chávez, en el que ha tenido gran influencia la Fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), un grupo español de asesoría política, económica y jurídica, de marcada orientación izquierdista, con actuación en Latinoamérica y muy singularmente en Venezuela.
ABC ha tenido acceso a multitud de informes, tanto de coyuntura como tácticos y estratégicos, aparentemente realizados por CEPS en los últimos años. Todos llevan el nombre de la fundación al comienzo de sus páginas. Se refieren a actuaciones de muy diverso tipo, desde consideraciones jurídicas en materia de expropiaciones hasta estrategias para lograr medios televisivos más dóciles.
Desde la entidad, con sede principal en Valencia y oficinas en otras partes de España, se advierte que «es muy probable que sean falsos». Aquellos por los que ha preguntado directamente este diario «no constan» en los archivos de la entidad. No obstante, fuentes en Venezuela que en ocasiones pudieron comprobar la recepción de esos informes aseguran que el «think tank» español está detrás de ellos. Los textos, cuyas fechas indican un envío casi diario, están escritos en su mayoría con letra de gran tamaño, algo habitual en los documentos internos manejados en la cúpula del chavismo, debido a las dificultades de visión de Chávez. En estos momentos, al parecer el interlocutor más directo de la la fundación es Temir Porras, viceministro para Europa y mano derecha de Nicolás Maduro.
El presidente de Fundación CEPS es Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, y como secretario actúa Iñigo Errejón Galván, de la Universidad Complutense de Madrid. En Venezuela han trabajado para la entidad, entre otros, Manuel Cerezal y Fernando Casado , ambos docentes en la Universidad Bolivariana de Venezuela, así como Juan Barredo, Ferrán Chalmeta y Roberto Viciano. El grupo mantiene estrechos contactos con el economista estadounidense Max Weisbrot, benevolente con los países del ALBA.