Hemos llegado al momento en que una desmantelada PDVSA no puede cubrir los gastos de Venezuela, lo cual nos condena a una crisis económica severa y una situación política muy distinta a la de los últimos años, cuando la abundancia de liquidez financió un proyecto de poder hegemónico y totalitario.
El año que está comenzando se anuncia con un cambio importante en la economía venezolana debido a una disminución notable de los ingresos petroleros, coincidente con un aumento de las necesidades financieras, lo cual tendrá efectos políticos que agravarán la ya difícil situación del régimen chavista, afectado por las tensiones internas que se desataron al desaparecer Chávez del escenario nacional e internacional.
Las perspectivas son igualmente negativas en cualquiera de los escenarios a pronosticar. No hay enfoque desde el cual la situación del gobierno venezolano pueda ser confortable el año 2013 –pudiera agregarse que en los años siguientes. Esto es el producto de una conducta inmediatista, en la cual los recursos se derrocharon y, lo más grave, se comprometieron a futuro, para satisfacer caprichos políticos de un gobernante sin conocimiento de las realidades económicas.
Lo que se plantea es una notable merma de recursos financieros mientras tenemos necesidades mil millonarias de importaciones tan urgentes como las que satisfacen la necesidad de comer tres veces al día, a lo cual se suman necesidades de infraestructura y la satisfacción de promesas hechas por Chávez en la campaña electoral, como la de “vivienda para todos”. Lo previsible es falta de comida, deterioro de una infraestructura de servicios que en muchos rubros ya está en nivel crítico, frustración de las mayorías por incumplimiento de las promesas, indignación de los trabajadores del Estado por incumplimiento de las obligaciones laborales y todo lo que en cualquier sociedad lleva a la protesta social y la convulsión política.
Tratándose de un país cuya única producción importante es energía, el factor determinante de su economía es la situación económica mundial. Cuando la actividad económica mundial baja, con ella baja el consumo de energía. Es decir, menos demanda de nuestra única fuente de ingresos significativa. Y todo indica que el mundo está en una crisis que durará algunos años, tiempo durante el cual habrá menos demanda de petróleo. Veamos. La primera economía del mundo, Estados Unidos, sigue bordeando el abismo fiscal, no obstante el acuerdo con el Congreso dominado por la oposición republicana, que el presidente Obama logró al filo del año nuevo, el cual deja pendiente el fondo del problema. De la misma forma Europa continúa en una recesión que se profundizará en los próximos meses y cuya solución pasa por reducir el consumo. China, aún creciendo al 8% del PIB –lo cual es natural en una economía que estaba detenida-, verá afectada su tasa de crecimiento. Lo mismo cabe decir de la India. Es un panorama global de desaceleración que significa menos consumo de energía, único rubro de exportación venezolano.
En esta desaceleración, los estimados de la demanda mundial de petróleo para 2013 son de unos 90 millones de barriles diarios. Esto indica un crecimiento moderado con respecto al 2012, sólo 800.000 barriles diarios y eso en un escenario “positivo”, porque hay un escenario pesimista que habla de una demanda de solo 650.000 barriles diarios. La OPEP seguiría aportando un 40% de esa demanda mundial de petróleo, manteniendo un potencial disponible de producción de 3.5 millones de barriles diarios para atender cualquier demanda imprevista. Este potencial de producción se concentra en los países árabes. Venezuela no puede aumentar su producción ni aún si sube la demanda, debido al deplorable estado de sus instalaciones
Como una consecuencia de todo esto, en 2013 el precio del crudo Brent estaría en el orden de los 104 dólares por barril, 8 menos que la cotización en el 2012, la cual se estima en 112 dólares por barril en el mercado spot. Para la cesta venezolana, según el Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería, el precio en 2012 fue de 103.42 dólares por barril. Cualquier estimación de precio que se haga para la cesta venezolana en 2013 es insuficiente para cubrir las necesidades del país.
Debido a la política auto-destructiva sostenida en los últimos años, PDVSA no cuenta con la capacidad operativa, financiera y comercial para desempeñarse exitosamente en este escenario. Por tanto, no estará en capacidad de generar los recursos que debería generar tanto en divisas como en aportes fiscales. Solo con un millón de barriles de ingresos reales que PDVSA vende a los EEUU, no es suficiente para mantener el país. Por lo tanto, una crisis económica severa es el diagnóstico para Venezuela en corto plazo.
La crisis económica en Venezuela será un impacto geopolítico en la región. Es muy alta la probabilidad de modificaciones o cambios en los acuerdos políticos de entrega de petróleo concertados con naciones del área, como son el Acuerdo Integral de Cooperación con Cuba, el Acuerdo Energético de Caracas, Petrocaribe, así como los compromisos de inversiones en refinerías en Nicaragua, Ecuador y Brasil, la participación en Argentina para la explotación de petróleo, el suministro a Bielorrusia, los compromisos de venta de petróleo a futuro para obtener los préstamos chinos. Habrá incapacidad para cumplir con los desembolsos por inversiones de PDVSA en las asociaciones con empresas multinacionales para explotar la Faja del Orinoco, etc., etc..
Cambiará el mapa de influencia venezolana creado por el uso de su petróleo para lograr influencia política. La lealtad hacia el gobierno de Venezuela se reducirá, pues disminuirá la dosis de dinero regalado a varios países. El rol de Venezuela será pálido y, como señalan varios analistas, países como Brasil, México y Chile serán los que tendrán un rol relevante.
Este 2013, si algo puede traer positivo, será la negociación política para diseñar una transición que sea incluyente. No hay oportunidad para proyectos políticos que pretendan, solos y desde el poder, manejar la crisis y continuar gobernando de manera hegemónica.
@JFernandeznupa