Una serie de robos millonarios en la exclusiva Punta del Este en el inicio de la temporada de verano alertó a las autoridades uruguayas, que aseguran, no obstante, que se trata de “hechos aislados” y confían en que los episodios no afecten a la imagen del balneario.
Ana Ines Cibils Macedo/ AFP
El 30 de diciembre, el empresario ítalo-estadounidense Eduard “Lapo” Elkann, heredero del emporio Fiat, denunció el robo de 3,5 millones de euros en joyas y 25.000 en efectivo, pocas horas después de arribar al balneario para pasar Año Nuevo junto a su pareja, la millonaria kazaja Goga Ashkenazi.
El robo centró las miradas en la pareja -cuya relación no era oficial hasta entonces-, que debió destinar tiempo de sus vacaciones en testificar en el juzgado local para ayudar en la investigación, aunque también para explicar por qué no había declarado las joyas al ingresar al país.
Luego les tocó a los empresarios argentinos Alejandro Bulgheroni y Carlos Pulenta, a quienes les robaron dinero en efectivo y computadoras o artículos electrónicos.
En la mayoría de los casos, los robos ocurrieron en lujosas viviendas o chacras, cuando sus habitantes no estaban en el interior.
Sin embargo, también sorprendió la noticia de un asalto a pleno día en una joyería de la exclusiva calle 20, donde también tienen sus locales marcas internacionales como Valentino, Prune y Louis Vuitton.
“No nos gusta lo que está pasando, pero lo consideramos hechos aislados”, enfatizó el viceministro de Turismo, Antonio Carámbula.
“Si vamos a las estadísticas, estamos en cifras similares -incluso en algunos casos por debajo- de las temporadas anteriores”, explicó a la AFP, al tiempo que recordó que hay “una gran concentración de público de alto poder adquisitivo en una zona del país”.
Tradicional reducto de la élite de los vecinos Argentina y Brasil, el balneario de Punta del Este, ubicado 140 kilómetros al este de Montevideo, se extiende desde la tranquila Laguna del Sauce (15 km al oeste de Punta del Este) hasta José Ignacio, antiguo pueblo de pescadores convertido en reducto “ultrachic” (40 km al este del centro del balneario), pasando por La Barra, zona donde ocurrieron gran parte de los robos.
Para Carámbula, “seguramente el hecho de afectar a personas con más repercusión en los medios le ha dado otra trascendencia” a los delitos.
De todas formas, en los últimos días se anunció un incremento del patrullaje policial en varias zonas del balneario, entre otras medidas.
La sucesión de robos llevó el tema al Parlamento uruguayo, donde este martes se votó interpelar al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, por “la inusitada cadena de hechos delictivos acaecidos en los primeros días de este año principalmente en los destinos turísticos del país”, además de por el incremento de los homicidios en Uruguay en 2012.
Por su parte, el viceministro del Interior, Jorge Vázquez, declaró recientemente a medios locales que para el volumen de turismo que tiene Punta del Este “estos hechos son mínimos” y lamentó que los turistas no tomen “algunas medidas básicas” de seguridad.
“No quiero minimizar estos hechos porque el que es robado pasa por algo horrible. Uno tiene que tender a disminuir los delitos, ahora pretender eliminarlo, no lo vamos a eliminar”, sostuvo.
Lo que la prensa local bautizó como “ola de robos vip” se sumó a un inicio de temporada que se espera más débil que en años anteriores, fruto de la crisis financiera mundial y de las restricciones a la salida de divisas adoptadas por la vecina Argentina, de donde provienen más de la mitad de los visitantes al balneario.
“Nosotros sabíamos que ésta era una temporada atípica, asociada a la crisis internacional que de alguna manera afecta en general el turismo en la región, y por las restricciones impuestas en nuestro principal mercado que es Argentina”, indicó Carámbula.
“Todavía no tenemos números, pero Uruguay hace mucho tiempo que no tiene malas temporadas en verano; podrán ser mejores unas que otras pero en lo que va de la quincena es una buena temporada, aceptable”, aseguró el viceministro de Turismo.
Unos 2,7 millones de extranjeros visitaron Uruguay -país que cuenta con 3,3 millones de habitantes- en 2012, lo que implicó un incremento de poco más de 1% respecto al año anterior.