Ya habían caído dos balas en casa de bebé asesinado

Ya habían caído dos balas en casa de bebé asesinado

Familiares y amigos se reunieron en la sala para darle el último adiós. (Foto: Juan Guerrero)

Ayer todos se despidieron del ángel de mes y medio, Lixambre Márquez, quien murió el miércoles a las 12.00 de la tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario. Todos se sorprendieron al enterarse de la noticia. Al pequeño de la casa le entró una bala detrás de su oreja derecha hasta llegar a la otra punta sin salir. La lesión le produjo una muerte cerebral de manera fulminante. Los familiares y vecinos se acercaron a la casa ubicada en el barrio José Alí Lebrún para darle el adiós, informa La Verdad.

Por Faviana García / Maracaibo / noticias@laverdad.com

En la sala de la casa que lo acogió en sus días de vida velaron su pequeño cuerpo. El niño reposó en un ataúd blanco, flores y globos celestes y blancos envolvieron la triste escena. Los niños de la comunidad también se acercaron, y en medio de su inocencia jugaron como un día normal, sin saber muy bien qué pasaba. Ese cuarto sirvió como templo para tener presente, por última vez, al recién nacido.

Aterrados

“Pensamos que se había caído al verle la sangre pero no, era una bala”. Encima de la pequeña cama aún queda el recuerdo de un pequeño agujero, una de las pruebas y recuerdo del trágico suceso que se llegaría a conocer en la comunidad.

“Vivimos aterrados, ya uno no está seguro ni dentro de su propia casa, ya es costumbre ver las balas frías en nuestras casas”, comentó otra de las vecinas presentes durante el velatorio.

La tragedia

En las escaleras del hospital la madre del bebé explicó lo sucedido. Yuranis Márquez, de 22 años, se encontraba al frente de su casa con su cuñada, le arreglaba las manos. Mientras una vecina de 12 años estaba pendiente del niño que dormía. Algo impactó en el techo e inmediatamente el recién nacido empezó a llorar.

La vecina cargó al bebé que se desangraba y corrió hasta encontrarse con Yuranis. Los gritos y el llanto alertó a todos los vecinos de la situación. Rápidamente encendieron el carro y lo trasladaron hasta el hospital materno de El Marite, donde le dieron los primeros auxilios. De allí lo llevaron hasta el Universitario, donde los doctores no le dieron esperanza a la familia. En cualquier momento el corazón de Lixambre se pararía.

“Botaba mucha sangre. Cuando le colocaron la anestesia dejó de llorar. Siento mucha tristeza, uno nunca espera que esto le pase a su hijo”.

Yuranis Márquez, madre del niño.

Situación común

Ese día se escucharon cuatro disparos, eran lejos. “No nos extrañó porque todas las semanas se escuchan tiros. En mi casa también hemos encontrado, en tres ocasiones, balas perdidas en la casa. La última vez fue en noviembre”. Corina Márquez, tía del pequeño.

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