El jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, pidió el lunes a la ONU que proclame un cese del fuego en Siria, y admitió que la misión del mediador internacional Lakhdar Brahimi no había conseguido “ningún brillo de esperanza” para resolver el conflicto en ese país.
“Debo decir que todos los contactos mantenidos por el enviado especial Lakhdar Brahimi no consiguieron hasta ahora ningún brillo de esperanza para colocar la crisis en el camino de una solución”, dijo al Arabi durante un discurso en la apertura de una cumbre económica árabe en Riad, Arabia Saudita.
“Ante esta situación, hago un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para que se reúna inmediatamente para adoptar una resolución vinculante, sobre un cese del fuego, para detener el baño de sangre”, dijo.
Al Arabi también pidió también “el desplazamiento de una fuerza de observadores internacionales” en Siria, donde según la ONU el número de muertos desde el inicio de la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad ya habría llegado a los 60.000.
Brahimi fue nombrado emisario de la ONU y de la Liga Árabe para Siria en septiembre de 2012 en sustitución de Kofi Annan, el ex secretario general de la ONU, quien renunció el 2 de agosto admitiendo el fracaso de sus esfuerzos de paz.
Mientras tanto, los ataques de la prensa siria contra Brahimi aumentaron después de las críticas del líder árabe al discurso pronunciado el 6 de enero por el presidente sirio Bashar al Asad, quien propuso una transición enteramente controlada por el gobierno para resolver 22 meses de crisis.