El vespertino francés “Le Monde” publica hoy un documento que demuestra que la Unión Ciclista Internacional (UCI) cubrió un positivo por corticoides de Lance Armstrong durante el Tour de Francia de 1999, el primero de los siete en el que el ciclista texano acabó en el escalón más alto del podium de París.
Se trata del informe efectuado por los controladores de la UCI durante la primera etapa de aquella edición, disputada el 4 de julio entre Montaigu y Chalans.
En ese texto, del que “Le Monde” publica extractos y que está firmado por el propio Armstrong y su director, Johan Bruyneel, el ciclista reconocía entonces no estar tomando ningún medicamento ni estar sujeto a ningún tratamiento.
Posteriormente, cuando se supo que había dado positivo, el texano presentó una receta que la UCI dio por buena aunque, según “Le Monde”, no tenía fecha de expedición.
Según el vespertino, se trata de la receta médica que el ciclista aseguró que tuvo que falsificar para “tapar” un positivo, durante la entrevista que dio la semana pasada a Oprah Winfrey.
Armstrong fue controlado en ese momento positivo por corticoides, productos prohibidos pero que pueden ser autorizados si existe una prescripción médica para su consumo terapéutico.
El rotativo recordó que ya en 1999 publicó que la receta presentada por Armstrong parecía falsa puesto que en el momento del control había asegurado no estar siguiendo ningún tratamiento.
“Le Monde” señala que el 20 de julio publicó que Armstrong había sido controlado positivo, lo que le valió fuertes críticas de la UCI, en particular de su presidente de la época, el holandés Hein Verbruggen.
Al día siguiente, la UCI publicó un comunicado de apoyo al estadounidense y señaló que el ciclista tenía una prescripción facultativa que le autorizaba a tomar corticoides, aunque la federación no precisaba la fecha de la misma.
“La UCI protegió al corredor aceptando un documento falsificado”, indica “Le Monde”, que recuerda que fue acusado de publicar entonces informaciones “infundadas”.
El propio Armstrong consideró las informaciones de “Le Monde” como “chismes” y acusó al vespertino de practicar un “periodismo de buitres”.
Gilles Smadja, jefe de gabinete de la que entonces era ministra francesa de Deportes, Marie-George Buffet, asegura al diario que el propio Verbruggen llamó a la responsable gubernamental para protestar por la política antidopaje francesa que, “quiere acabar con el ciclismo y con el Tour”.
“Le dimos la prueba de la mentira de Armstrong y, en lugar de presionar al ciclista o a su entorno, la UCI prefirió gastar toda la energía en demostrar la inocencia del corredor”, asegura Smadja.
El jefe de gabinete de Buffet indicó que “la mentira de Armstrong (…) hubiera podido no existir si las instancias internacionales del ciclismo hubieran mostrado un mínimo de lucidez y firmeza durante el Tour de 1999”.
Desposeído de sus siete victorias consecutivas en la ronda gala (1999-2005), Armstrong confesó la semana pasada haberse dopado, aunque no entró en detalles sobre quién le ayudó a hacerlo y no implicó a la UCI.
Se limitó a decir que había falsificado una receta médica para tapar un positivo.
La UCI, por su parte, abrió una comisión independiente de investigación para determinar si hubo personas en el seno de la organización que contribuyeron a ayudar al estadounidense a ocultar sus prácticas dopantes. EFE