Seis meses después de los Juegos Olímpicos de Londres, un millar de obreros se atarean para terminar de desmantelar las instalaciones temporales y transformar el parque en un nuevo barrio que abrirá parcialmente al público el próximo verano.
El proyecto tiene un coste de 345 millones de euros (465 millones de dólares.
Las gradas del centro acuático están siendo desmontadas para reducir su capacidad de 17.500 a 2.500 espectadores, lo que permite descubrir por fin el diseño en forma de ola del edificio concebido por la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid.
Los asientos se erigirán próximamente en el circuito automovilístico de Miami, en Florida.
Las 10.000 butacas del pabellón de baloncesto, que debe desaparecer antes de fin de abril, también fueron desmontados, conforme a la promesa de sostenibilidad de los organizadores.
Otras instalaciones temporales, como los restaurantes, los aseos y las imponentes pantallas gigantes del parque han desaparecido.
Cerca del pabellón de básquetbol, donde se construirán voviendas, un café está emergiendo del suelo en medio de excavadoras. En la Villa Olímpica, las habitación están siendo reorganizadas para convertirlas en apartamentos, y se están equipando las cocinas. Los primeros residentes llegarán este verano.
Una escuela debe abrir sus puertas a fin de año. Dos más están previstas a medio o largo plazo, junto con otras 8.000 viviendas, 35% de ellas a “precios asequibles”.
El parque transformado abrirá al público en tres fases, la última en la primavera de 2014. A partir de julio, una parte de las barreras de seguridad que marcan su perímetro serán retiradas y los autobuses públicos podrán atravesar libremente el rebautizado Parque Olímpico Reina Isabel.
“Construimos casas, nuevos barrios a los que la gente vendrá y en los que vivirá, pero el deporte siempre quedará en el corazón del parque, con las instalaciones más emblemáticas de los Juegos”, resumió el viernes a la AFP Dennis Hone, presidente de la Corporación para el Desarrollo del Legado de Londres, encargada de las obras.
Dos de las ocho sedes permanentes construidas dentro del parque tienen todavía un futuro incierto, el centro de prensa y el estadio olímpico con capacidad para 80.000 personas.
Este último albergará en verano una serie de conciertos y el mitin internacional de atletismo de Londres el 27 de julio, coincidiendo con el primer aniversario de la inauguración de los Juegos.
El futuro del estadio se definirá antes de finales de marzo, y el club de la Premiere League de fútbol West Ham es el favorito para convertirse en su próximo ocupante.
El parque “no se va a parecer en nada” al de Atenas, donde muchas de las instalaciones no se han vuelto a utilizar, aseguró Hone. “No será puramente decorativo, será un nuevo barrio de Londres”, agregó.
AFP