José María Irujo / Joseba Elola
Esas dudas no resueltas quedaron reflejadas incluso en el breve texto que acompañaba la fotografía, en el que se indicaba que “EL PAÍS no ha podido verificar de forma independiente las circunstancias en que fue tomada la imagen, ni el momento preciso ni el lugar. Las particularidades políticas de Cuba y las restricciones informativas que impone el régimen lo han hecho imposible”. El director de la publicación, Javier Moreno, es el primero en asumir que fue una equivocación: “Ese es el error central de la historia. Creíamos tener verificada una fotografía que no habíamos verificado”.
Como Moreno, toda la cadena en la toma de decisiones asume la gravedad de lo ocurrido y pide disculpas. En cuanto tuvo conocimiento del error, la dirección del periódico ordenó recoger todos los ejemplares distribuidos hasta ese momento y, a la vez, retirar de la web la falsa fotografía. El coste de la reimpresión del diario y la nueva reimpresión supuso un coste adicional de unos 225.000 euros.
El error tuvo una gran repercusión en las redes sociales y originó también la protesta del Gobierno venezolano. Nada más regresar de Davos, donde se encontraba, Javier Moreno analizó los hechos con el Comité de Dirección y el Comité Profesional, anunció cambios para mejorar el método en la toma de decisiones y encargó un relato a dos reconocidos periodistas del diario. Este es el resultado de ese trabajo periodístico.
“¿Puedes hablar? Es urgente”. A las dos de la tarde del miércoles 23 de enero, Javier Moreno, director de EL PAÍS, observa en la pantalla del teléfono que tiene dos llamadas perdidas del director adjunto, Vicente Jiménez. Moreno está en Davos (Suiza) asistiendo al Foro Económico Mundial en el que se reúnen las élites sociales y económicas del planeta. Le extraña que desde la redacción en Madrid se comuniquen con él mediante Facetime, aplicación para hablar por videoconferencia.
Lea el artículo completo en Elpais.com.