Corrían las 2:30 a.m. en la discoteca Kiss en Santa María. Una multitud de universitarios bailaba al ritmo de la banda Gurizada Fandangueira, cuando uno de los integrantes encendió en el escenario un fuego pirotécnico conocido como “Lluvia de plata”, cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.
Las llamas se apoderaron del lugar, mientras los asistentes luchaban por escapar de la discoteca. Mientras el fuego había alcanzado a algunos jóvenes otros pugnaban por huir, empujándose, pisándose. La seguridad de la discoteca cerró las puertas, evitando que los asistentes se fueran del lugar sin pagar la cuenta.
Recién cuando los gritos superaron la música y el fuego creció con más fuerza, las puertas se abrieron. Ya era muy tarde, al menos 232 muchachos habían muerto quemados o asfixiados. Michele Cardoso, una de las estudiantes de la Universidad Federal de Santa María que estuvo en la fiesta, pidió ayuda a través de su cuenta de Facebook. Su mensaje es increíble pero también escalofriante: “Incêndio na KISS socorro” (“Fuego en KISS ayuda”).
Su actualización de estado automáticamente se llenó de mensajes preguntando si estaba bien. Se desconoce el estado de la joven.