El Congreso de EE.UU. completó hoy la aprobación de un paquete de ayuda de más de 60.000 millones de dólares para las víctimas del ciclón “Sandy”, que azotó la costa este del país en octubre pasado con un saldo de más de 100 muertos y pérdidas millonarias.
El Senado aprobó hoy, con 62 votos a favor y 36 en contra, un proyecto de ley por valor de más de 50.000 millones de dólares que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Representantes hace dos semanas.
A esa cantidad hay que sumar otra partida de 9.700 millones aprobada a principios de mes por ambas cámaras para pagar a las compañías de seguros por reclamaciones de inundaciones relacionadas con “Sandy”.
El monto total de ayuda supera los 60.000 millones de dólares, que era lo que había pedido inicialmente el Gobierno del presidente Barack Obama, quien ahora deberá firmar la medida para que se convierta en ley.
La ayuda está dirigida fundamentalmente a los residentes y negocios de los estados de Nueva York y Nueva Jersey, los más afectados por el paso de la tormenta por la costa este del país, así como a los gobiernos estatales y locales encargados de las tareas de reconstrucción.
En un comunicado divulgado por la Casa Blanca, Obama se mostró complacido por la acción “bipartidista” que permitió la aprobación de la ayuda “para las familias que trabajan para poner sus vidas en orden”.
“Vamos a seguir trabajando en estrecha colaboración con gobernadores y alcaldes para asegurar que ese dinero se utiliza adecuadamente”, sostuvo el presidente.
Según Obama, hasta la fecha unos 3.000 millones de dólares ya se han destinado a las labores de recuperación, entre ellos “cientos de millones que han ido directamente a familias y negocios afectados por la tormenta”.
“Ladrillo a ladrillo, nuestras comunidades están haciendo todo de nuevo. Y no descansaremos hasta que el trabajo esté terminado”, indicó Obama, quien prometió firmar el proyecto de ley en cuanto llegue a su despacho.
“Sandy”, que también afectó a Jamaica, Haití, la República Dominicana, Cuba y las Bahamas, provocó pérdidas superiores a los 50.000 millones de dólares en EE.UU. y dejó a más de ocho millones de personas sin luz.
EFE