Lo de Uribana no es algo distinto a las tragedias que en este régimen se suelen repetir dentro de las cárceles. Aunque si a matanzas nos referimos, la ministra de Servicios Penitenciarios ha batido todos los récords. Más de 600 muertes en su corta -pero macabra- gestión. La Planta (clausurada), Sabaneta, Yare, El Rodeo, y todas las cárceles del país, están en condiciones deplorables, donde peligran sus trabajadores civiles y militares, al igual que los hombres y mujeres allí recluidos.
Como es propio de la incapacidad e ineptitud de este régimen, la responsabilidad de lo que ocurrió en Uribana no fue de los funcionarios encargados del sistema de seguridad o custodia, principalmente militar, sino de los medios de comunicación (Globovisión y El Impulso) que a decir de las autoridades gubernamentales prendieron la mecha para que los presos se amotinaran.
Lo que acontece en todas las cárceles venezolanas es el reflejo patético del colapso general de la revolución. No puede ser visto de otra manera, ya que ningún gobierno puede mantenerse por tanto tiempo a fuerza de engaños y mentiras. Recuerden las veces que el gobierno ha anunciado planes para solucionar la crisis carcelaria que vive el país. Desde 1999 Chávez anunció y supuestamente dio inicio al llamado “Plan Nacional de Desarme de la Población Reclusa”. El presidente a los reclusos de Yare les dijo con voz sentimental: “muchachos, cuenten con estas manos para llevarlos a la vida de nuevo”. Quizá quiso decirles para llevarlos a la eterna y nueva vida.
Insistir en el tema carcelario es llover sobre mojado. Ya hemos dicho que mientras no se cumpla con los postulados constitucionales seguiremos padeciendo de las mismas calamidades. El Gobierno nacional no ha tenido empeño en solucionar el problema. Solo bastaría con leer las primeras cuatro líneas del artículo 272 de la CRBV para darnos cuenta del engaño de esta mentira que se han empeñado en llamar revolución: “Artículo 272. El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno y el respeto a sus derechos humanos. Para ello, los establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el trabajo, el estudio, el deporte y la recreación, funcionarán bajo la dirección de penitenciaristas profesionales con credenciales académicas universitarias, y se regirán por una administración descentralizada, a cargo de los gobiernos estadales o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de privatización…” Les aseguro que en manos de profesionales, descentralizándolas y/o privatizándolas, nuestras cárceles se convertirían no solamente en verdaderos sitios de rehabilitación de los penados o procesados sino en sitios de producción que coadyuvarían a fortalecer la economía del país.
La foto de El País los delató
La foto de Chávez en El País de España, como paradoja de la historia, muestra a un medio de la Colonia defendiendo nuestro derecho a la información veraz. Se arriesgaron fuerte por nosotros. Ese periódico no es de derecha, todo lo contrario. Allí escriben los intelectuales de mayor prestigio en el mundo, como Muñoz Molina, uno de los mejores escritores de habla hispana, quien precisamente no es de derecha. Lo pudiéramos calificar como un periódico de centro izquierda.
Pues bien, esa foto provocó una reacción inmediata de los capitostes del régimen dirigidos desde Cuba. Tan es así que inmediatamente viajó Nicolás Maduro para recibir línea. La respuesta no se hizo esperar a través del ministro de Información (mejor le quedaría desinformación) quien anunció que Chávez había superado la infección respiratoria. Nos imaginamos que esa imagen de un hombre entubado que publicó El País, aunque falsa, podía hacer pensar que el presidente se encontraba en esas condiciones. El ministro Ernesto Villegas dijo: “la infección respiratoria grave que sufría el presidente Hugo Chávez ha sido superada, aunque persiste cierto grado de insuficiencia que está siendo debidamente tratada”. O sea, pudiéramos deducir: “no respira bien, pero no está entubado”.
Sinceramente no se cuál es el escándalo por esa foto, si cuando a la gente es sometida a anestesia general para intervenirlos quirúrgicamente los entuban. Seguramente eso ocurrió con Chávez. ¡Ah, que no era él, el de la foto, eso es otra cosa! Es más, es muy probable que quien aparece en la foto de la discordia esté en mejores condiciones que Hugo Rafael.
El paquetazo de Maduro
Próximamente Nicolás Maduro anunciará el mismo plan económico por el cual fue atacada la MUD en la campaña electoral tildándose de neoliberal.
Esas medidas económicas inminentes son la muestra palmaria del nuevo fracaso del régimen, y serán el peor camino en este momento de crisis dentro del oficialismo. Mosca, que esos anuncios sean hechos con premeditación y alevosía para provocar una revuelta popular ante la gravedad de Chávez, y que el país se anarquice más de lo que está. Argumentarán: “La revolución se perdió en manos de Maduro. No fue capaz de mantener lo que Chávez construyó (un liderazgo en la fuerzas militares y civiles)”.
Estamos en tiempos de presagios: cualquier cosa puede ocurrir. Vamos al garete por la ausencia de un buen timonel. Vuelven los ruidos de sables para irrumpir, esta vez sí de la mano de Diosdado, que se presentará como el gran salvador de la revolución.
El ajedrez electoral
Ocho años con los mismos concejales, y nuevamente aplazan las municipales. Alcaldes para rato. Dicen que en julio tendremos elecciones, pero presiento que la arruga seguirán corriéndola.
El alto gobierno no piensa en las alcaldías; piensa en la Presidencia de la República. Es un secreto a gritos que Chávez no podrá volver a ocupar el cargo. Algunos señalan que la atención de los médicos es solo para darle mejor calidad al tiempo que le queda por vivir, que al parecer no es tanto. Su peso ha mermado y sus extremidades inferiores se mueven a duras penas. Es allí la afirmación de Evo Morales “Chávez está en fisioterapia”. Es lastimoso que los cubanos continúen utilizando a Chávez hasta no ver resuelto su futuro. Lo seguirán ocultando hasta lo último. Para eso aquí en Venezuela los poderes están en manos de irresponsables, que creen que haciéndole el juego a los cubanos salvarán a Chávez. Ni salvarán a Chávez ni se salvarán ellos. El pueblo saldrá a buscar a los culpables de las mentiras, que no fueron precisamente de la oposición, sino los que utilizaron a su comandante-presidente para llenarse los bolsillos y vivir como oligarcas con el discurso del socialismo del siglo XXI.
Habrá elecciones presidenciales. Quizá el luto y el CNE blinden el triunfo del oficialismo, pero el paquetazo de Maduro y las políticas irresponsables de los herederos los convertirá en carne de cañón, más temprano que tarde.
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