Si los herederos del déspota no se disponen a cambiar drásticamente su trato político a la oposición, basado en abusos y ventajismos de todo género, aquí no habrá otra cosa que conflictos cada vez más agudos, y ello a pesar de la infinita cobardía de nuestros “lideres”.
Como yo no creo en maldades intrínsecas o de naturaleza genética en política, debo aclarar que lo demostrado es que son intereses, y solo intereses, los que han motivado a nuestra oposición de “cuentadantes” de este régimen.
“Nuestra” oposición, por 14 años, se ha encargado de cuidar los chequecitos para unos 300.000 o más “clientes” del estado rentista repartidor, que ellos racionan dejándose abusar por el PSUV y su cuantiosa burocracia que reparte a otros cinco millones de la clientela roja y de sobrevivientes del desastre estatista
No haré juicios de valor sobre cuánto le queda a “nuestros” lideres por haber garantizado ese reparto… solo puedo estar seguro que no lo hicieron de gratis, cuando vemos centenares de adláteres pagados por dineros públicos y malbaratando, como el gobierno, cuantiosas cifras para batallas de marketing publicitario.
Yo se que Chávez y sus conmilitones deben haber despilfarrado 20- 30.000 o 50.000 millones de dólares en propaganda electoral y eso es precisamente lo que les quita cualquier derecho moral a hablar en nombre del pueblo oprimido y estafado.
Pero la llamada oposición y sus principales figuritas deberán explicar alguna vez de donde salieron los centenares de millones de dólares que despilfarraron en sus piruetas publicitarias y en el mantenimiento artificioso de “maquinarias”, por la sencilla razón que si aspiran a cambiar el país que heredamos, el derecho moral no puede estar asociado a corruptelas de todo género que también practicaron y practican los “cuentadantes” opositores al régimen chavista.
Son esos intereses ante los cuales desviamos la mirada cuando se trata de los “nuestros” que nos llevaron a esta indefensión.
No tenemos líderes que quieran erradicar este perverso sistema de repartos clientelares, tenemos solo a negociantes que trafican con nuestra representación supuesta o real, para ellos mantener también este régimen de conveniencias.
Por eso no pelean, por eso siempre transan, por eso casi que les da igual ser solo parte del decorado de este régimen de oprobio, porque en el fondo también son su pata derecha.
Se acerca el fin de este régimen con la salida del escenario del presidente. Con él se va el principal pilar de sostén de esta nomenclatura de depredadores de bienes públicos y de repartos indiscriminados, delincuenciales o no, con los recursos que harán demasiada falta a la nueva generación que ya arrancó su camino de privaciones y de decadencia de su país.
La otra evidencia sobre que el régimen está por colapsar, lo constituye el hecho mayor que después de la declaración de Capriles el 7 de octubre en la noche, donde sencillamente desnudó la naturaleza cobarde de este liderazgo, cayó la última esperanza sobre que este régimen tendría una superación electoral democrática.
El 16 de diciembre los electores de oposición cobraron su indignación a sus “lideres”, al grueso de los “cuentadantes” opositores, y resolvieron quitarle al régimen ese soporte de mediación que le daba la supuesta fortaleza institucional de la descentralización compartida. Ese día el chavismo “mató la gallina de los huevos de oro”, al dejar fuera del poder a las políticamente eficientes clientelas apaciguadoras en varios estados claves.
Siempre me quedará la duda sobre como intervino el gobierno, con su CNE, para manipularnos desde las elecciones primarias de la oposición, y generar ventajas a quien el gobierno tiene como su “pera de boxeo” favorita por “confiable”
Les doy la noticia desde fuente muy confiable, desde las entrañas del monstruo, que han medido electoralmente a Maduro y a Diosdado y resultaron UN DESASTRE anunciado. Pero ellos confían en su CNE, en sus maquinitas y sobre todo confían en un “candidato potable de la oposición” que les ayude a esta transición de comiquita y mantenga todo, mediando por lo menos algunas dádivas.
Ya empezó la pedidera a cuenta y ahora los cuentadantes quieren manejar ciudades, para donde se lleven sus repartos de chequecitos y donde pueda quedarle la tajada del león, para seguir roncando como los reyes de la selva opositora y su obra magna: seguir con Maduro hasta el 2019 y la agradecida complacencia continental, desde Obama hasta los Castro, por esta revolución que preserva el status quo, al que fue fiel la chequera de Chávez, que era nuestra pero se la cogieron estos irresponsables, y en cuyas manos el país se está yendo al demonio.
Que tiempos raros son estos: Raúl Castro preside desde ayer la comunidad de países de América Latina y el Caribe y Capriles sigue aspirando a presentarse la noche en la que con fraude gane Maduro, para volver con su carita bien lavada y llorosa a admitir por segunda ocasión como sigue siendo nuestro mejor sepulturero.