Los humanos comenzaron a comer carne de ballena en Europa hace 14.000 años, según han constatado investigadores de la Universidad española de Valencia, tras hallar restos de los crustáceos que parasitan a los mamíferos marinos en los restos de una hoguera en una cueva del sur de España.
Los investigadores han datado entre hace 14.500 y 13.500 años los restos de bálanos, los crustáceos que viven sobre la piel de las ballenas, según informó la universidad en un comunicado.
Los científicos, coordinados por el profesor Joan Emili Aura Tortosa, han analizado los artefactos de piedra, cuerno y hueso encontrados en la hoguera, así como los restos de carbón.
El estudio fue llevado a cabo por un grupo de investigación dedicado a la arqueología de los cazadores-recolectores prehistóricos del ámbito mediterráneo durante los últimos 18 meses y ha sido aceptado para su publicación en la revista científica “Quaternary International”.
Un amplio equipo interdisciplinar estudia desde hace años los materiales obtenidos en las excavaciones arqueológicas sistemáticas llevadas a cabo entre 1979 y 1986 en la sala de la Mina de la Cueva de Nerja (Málaga, sur).
Los restos de bálanos de ballena (del tipo Tubicinella major y Cetopirus complanatus) fueron encontrados en un yacimiento prehistórico que data de finales del Último Máximo Glacial (hace entre 14.500 y 13.500 años).
Es la primera vez que estas dos especies de bálanos se encuentran juntos.
Las dos especies identificadas se han asociado a una especie de ballena franca del hemisferio sur (Eubalaena australis), aunque también existen citas de su asociación a la ballena franca distribuida actualmente por el Atlántico norte (Eubalaena glacialis).
Estos datos confirman un importante descenso de la temperatura de las aguas marinas y que los cetáceos debieron quedar varados en las playas bajas y allí mismo se obtuvieron los pedazos de carne que fueron llevados a la cueva para su consumo o para aprovechar su grasa y piel. EFE