La oposición egipcia no islamista se abrió hoy a un diálogo con el presidente, Mohamed Mursi, para acabar con la violencia en las calles, al tiempo que unió fuerzas con el principal partido salafista para presionar a Mursi para que acceda a sus demandas.
El coordinador del Frente de Salvación Nacional (FSN), Mohamed el Baradei, solicitó en un mensaje una reunión urgente con las autoridades para acabar con la violencia que ha causado más de medio centenar de muertos y un millar de heridos desde el viernes pasado, y que hoy dejó otros dos muertos en la plaza Tahrir de El Cairo.
No obstante, precisó que el inicio de un diálogo “serio” exige respetar las condiciones del FSN, las primeras de las cuales son un Gobierno de unidad nacional y la reforma de la Carta Magna.
Un portavoz del también opositor Partido de la Conferencia, Ahmad Salah, explicó a Efe que la iniciativa de El Baradei busca ante todo acabar con los disturbios, para posteriormente, si se cumplen los requisitos, abordar un diálogo global.
Precisamente, la creación de un Ejecutivo de unidad nacional fue una de las principales propuestas que acordaron hoy representantes del partido Al Nur, de tendencia rigorista, y del FSN, en un encuentro dirigido a unir fuerzas.
En un gesto sin precedentes, los dirigentes salafistas apoyaron la iniciativa del FSN para que todas las fuerzas políticas participen en el Gobierno durante este periodo, que coincide con una serie de actos violentos y los meses previos a la celebración de elecciones legislativas, previstas para primavera.
El presidente de Al Nur, Yunes Majyun, explicó el acuerdo en una rueda de prensa junto con Sayed al Badaui, el jefe del partido nacionalista Al Wafd, que representó al FSN en las conversaciones.
Majyun sostuvo que una sola facción, en alusión a los Hermanos Musulmanes, “no puede dirigir el país, sino que es necesaria una asociación verdadera para administrar los asuntos del Estado”.
Bajo esa premisa, el partido salafista, el segundo más votado en las legislativas de 2011, quiso acercar posiciones con los no islamistas y acordó un texto que Al Wafd trasladará a los demás miembros del frente para que lo estudien.
Según este documento, ambas partes acordaron formar una comisión para reformar los artículos en disputa de la Constitución y un comité judicial que investigue los últimos altercados en el país, así como nombrar a un nuevo fiscal general.
También coincidieron en garantizar la neutralidad de las instituciones estatales y pactaron un código de conducta en los medios de comunicación.
Con ese propósito de desactivar la crisis en el país, el imán de la prestigiosa institución suní de Al Azhar, Ahmed Tayeb, tiene previsto reunirse mañana con las fuerzas políticas egipcias.
Tras casi una semana de choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, los jóvenes del movimiento revolucionario 6 de Abril también pidieron dialogar y protestar de forma pacífica, y explicaron que la violencia callejera estalló ante “la ausencia de justicia”.
Será, por lo tanto, crucial la respuesta a estos últimos pasos del presidente egipcio, que hoy viajó a Alemania por unas horas para entrevistarse con la canciller alemana, Angela Merkel, y otras figuras políticas y empresariales.
De hecho, Mursi convocó ayer una reunión de diálogo nacional boicoteada por el FSN en la que se aceptó estudiar las enmiendas constitucionales, pero se descartó cualquier gobierno de salvación.
Mientras tanto, los disturbios han disminuido en el centro de El Cairo, pese a que dos personas murieron en las últimas horas en esa zona.
La calma parece volver también a las tres provincias del canal de Suez donde rigen el estado de emergencia y el toque de queda impuestos por Mursi, que ya ayer autorizó a los gobernadores a modificar tales medidas.
Precisamente, el toque de queda se ha reducido de nueve a tres horas de madrugada en Ismailiya y Port Said, mientras que una decisión similar también va a decretarse en la provincia de Suez ante la mejora de la seguridad. EFE