Este es el más reciente reportaje publicado en el portal argentino ANÁLISIS 24.
Sabido es que el ciberespacio se ha transformado, después del aéreo, el espacial, el acuático y el terrestre, en el quinto teatro de operaciones. Tanto es así que países como los Estados Unidos, China, Corea del Norte y del Sur y Rusia entre otros han creado “Comandos” dentro de sus fuerzas armadas aplicados a la utilización del ciberespacio como eventual zona de conflictos bélicos, dando lugar por primera vez a la aparición de altos mandos militares, “ciber- Generales”, en un escenario donde la principal arma es la información.
Sin embargo al igual que en la Argentina de los Kirchner, en la Venezuela de Hugo Chávez el ciberespacio se ha utilizado para una tarea una tanto menos noble, más trastocada y doméstica: el espionaje y el control de la ciudadanía, dejando ya de lado objetivos estratégicos como la defensa de la soberanía o de instituciones ante amenazas externas o ataques terroristas y transpolando la amenaza terrorista al terreno doméstico y etiquetando bajo este rótulo a todo aquel que piensa, no ya diferente, sino que piensa de manera individual, reflexiona y se pregunta porqué ciertas cosas no cuadran como se nos dice por medio no de ya “medios informativos” sino de “medios de propaganda”.
Ya en agosto del año pasado a raíz de la detención del Ingeniero Informático argentino, Matías Bevilacqua, trascendía que éste había vendido y asesorado a los gobiernos de Cuba y Venezuela en la adquisisción y uso de software para efectuar el “Snifeado” (Monitoreo del tráfico de redes informáticas) que fueron instalados en los servidores de la estatal CANTV entre otros, según dejaron trascender y que según sostuvo en sus declaraciones ante la justicia española: “Ahora los centros son operados por cubanos y venezolanos, por personal vinculado a los organismos de seguridad”.
Pero retomándo el hilo de las ya conocidas prácticas ilegales que hacen parte del diario quehacer de los servicios de inteligencia bolivarianos; a través de una investigación que incluyó la entrevista con varias fuentes; muchas de ellas víctimas, nos hizo dar de lleno con otra de las aristas de las ya archiconocidas actividades ilícitas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, el SEBIN: la utilización de Hackers para tareas de espionaje electrónico que incluyen la violacion de correos electrónicos, los hackeos de páginas web y la instalación de troyanos o keyloggers para monitorear en tiempo real las actividades informáticas (Chats, fotos, geoposicionamiento, emails, escritura de textos, etc) de sus víctimas que por lo general son en su amplia mayoría opositores al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, el PSUV.
Aún así, contando con la impunidad que les brinda estar protegido por el paraguas gubernamental, no han podido escapar de las delaciones de quienes estando al lado de los mismos, saben que están incurriendo en el más grave de los abusos: la violación de la intimidad personal, y no han querido participar de operaciones que conllevan por lo general al desprestigio y la destrucción de familias.
Así, ingresando a éste mundo de pseudónimos alfanuméricos, damos con Carlos Almeida, un civil a quien el SEBIN para elevarle el ego como “Patriota Cooperante” (Informante, espía, delator, alcahuete o “Sapo”; defenición sujeta según a quien se le pregunte), lo conformó otorgándole una credencial honorífica con el grado de “Inspector”. Su nombre en el mundo del “Hacking Rojo” como gustan de autodenominarse, es “N33? y de su mano junto a persajes importantes, marchan un sinnúmero de delitos informáticos entre otros.
En inteligencia como en muchos otros rubros, la cadena comienza por un primer eslabón y se rompe por el mismo: un ser humano y en este caso como en muchos otros los espías fueron traicionados y para entender este mundo de intrigas hace falta comprender o almenos tener claro aquella llamativa salida del General Henry Rangel Silva del SEBIN.
Según sabemos, Rangel Silva, quien pasó fugazmente como Ministro de Defensa para luego retirarse tras haber pisado el último peldaño de su carrera militar habría sido removido por reunir información sobre Diosdado Cabello quien a su vez, molesto por los trascendidos instara al Presidente Hugo Chavez de reemplazarlo por el General Miguel Eduardo Rodríguez Torres, actual director de dicho organismo de inteligencia.
Ahora entiendiendo al menos en la superficie, como llegó Rodríguez Torres al SEBIN, cabe preguntarse quien habría sido el o la persona que habría “reunido” esa supuesta información sobre Rangel Silva contra Diosdado Cabello. De acuerdo a la nuestra información Carlos Almeida, alias”N33?, habría tenido interceptadas electrónicamente las cuentas [email protected] y [email protected] además de los celulares y las computadoras portátiles del hoy Gobernador del Estado Trujillo.
Por eso hoy se alumbra un suceso acontecido en plena campaña electoral donde supuestamente hackearon la cuenta de twitter de Diosdado Cabello y se expusieron fotos de la supuesta pareja de Rangel Silva desnuda y de un supuesto General Carlos Alcalá masturbándose. Porque “supuestamente hackeado”? porque no fue ni mas ni menos que una acción del propio “N33? para sacarse de encima, o al menos tenerlos a raya a pedido de sus jefes, a los dos generales de marras.
Pero eso no quedó alli y como veremos a continuación la red que comienza con Diosdado Cabello y sigue con Rodríguez Torres, utiliza los servicios de Carlos Almeida, Alias “N33?, para espiar a amigos y enemigos; y uno se preguntará pero como alguien puede recabar datos de la nada? pues claro, es evidente que alguien se los da, y la red incluye hasta un conocido columnista de El Nacional que goza de “Muy buena” conceptualización como “Patriota Cooperante”.
Llegados a ésta altura y sabiendo que “N33? ha cometido un sinnúmero de delitos, hackeando páginas y violando correspondencia electrónica a pedido del mismo gobierno como se verá a continuación, y después de haber cientos de denuncias por éstos delitos por parte de los afectados; cabe preguntarse: y la justicia? y la policía?. La respuesta está en las siguientes capturas de pantalla donde como podrán observar, la cadena de mando y la complicidad gubernamental, quedan mas que expuestas donde un “N33? reporta el material interceptado al SEBIN por medio de “Alejandro
González” ([email protected]) quien luego lo eleva a su superior, el Director del SEBIN, Miguel Rodríguez Torres ([email protected]) para consumo de su destinatario final: Diosdado Cabello Rondón ([email protected]), en éste caso sobre un documento “interceptado” relacionado con la “Ley de Misiones”.
En el siguiente captura se puede apreciear la misma cadena de mandos donde “N33? mantiene interceptadas supuestas cuentas de correo electrónico de Henrique Salas Römer, aclarándole a su superior que en el día de “Hoy uso este”.
María Corina Machado, tampoco escapa al ciberespionaje como puede apreciarse a continuación, donde hasta incluso fotos privadas de ella se le hacen llegar al director del SEBIN.
La siguiente captura de pantalla nos muestra un informe de “N33? donde queda bien claro que cumple órdenes de sus superiores. El asunto: “LO SOLICITADO”, no puede ser más detallado y explícito.
La siguiente superposición de capturas de pantalla deja para conocimiento del lector, bien en claro quien es “4e 33 33 0d 0a <[email protected]>”
Ni el Dr. Marquina se ha salvado de las chuzadas de “N33? a pedido del SEBIN como puede apreciarse a continuación:
Pero la perlita de ésta nota la lleva el “Patriota Cooperante” que le provee de información a “N33? para que éste eleve a sus superiores. Se asombrará saber que el columnista de EL NACIONAL, Simón Alberto Consalvi, le suministra de información a “N33? desde la propia casilla electrónica institucional del diario.
Para luego terminar en las manos del SEBIN y de Diosdado Cabello….
Como se ha podido ver, es incontable la cantidad de delitos y derechos constitucionales violados por aquellos que deberían ser los responsables de la seguridad de la Nación para defender a la ciudadanía frente a la delincuencia, las bandas organizadas, el narcotráfico y el terrorismo. Sin embargo escudados tras la impunidad no dejan de cometer delito tras delito sin siquiera ser citados por juez o tan siquiera figurar en la apertura de alguna investigación policial de las tantas que hay a raíz de los hackeos y chuzadas.
Pero todo no termina aquí y eso es lo peor ya que en un informe mensual del SEBIN con fecha de marzo de 2011, entre sus “CONSIDERACIONES” se puede apreciar lo siguiente:
