Varios cientos de simpatizantes de la ultraderecha enterraron hoy al último miembro encarcelado de la Junta Militar que gobernó Grecia entre 1967 y 1974, en un polémico funeral en el que se escucharon disparos y gritos a favor del coronel fascista.
Nikolaos Dertilis, que sumaba dos cadenas perpetuas por ser miembro de la cúpula de la dictadura y por el asesinato de un estudiante durante el levantamiento de la Universidad Politécnica, jamás se arrepintió de sus acciones y ni siquiera fue capaz de pedir clemencia a las autoridades penitenciarias para asistir al funeral de su hijo el año pasado.
En diciembre, tras pasar 38 años en la prisión de Korydalos, fue trasladado a un hospital por problemas cardíacos y allí falleció el lunes, a la edad de 94 años.
Durante el funeral de hoy, el obispo Amvrosios de Kalavryta calificó a Dertilis de “héroe” griego a la altura del filósofo clásico Sócrates, lo que le ha valido fuertes críticas.
Al sepelio asistieron también numerosos miembros del partido neonazi Amanecer Dorado, una formación que ha definido a Dertilis como “un griego y soldado excepcional que derramó su sangre por el país”.
Según informaron los medios locales, los seguidores del militar fascista hicieron disparos al aire y uno de los asistentes, un joven de 22 años, fue arrestado por la Policía tras encontrársele 21 casquillos de bala.
Uno de los partidos que sostiene al Gobierno del conservador Andonis Samarás, el centroizquierdista Dimar, criticó al obispo tachándolo de “predicador del odio” y por haber convertido el funeral, junto a Amanecer Dorado, en un “espectáculo contra la democracia”.
Nikolaos Mijaloliakos, el líder de Amanecer Dorado, una formación que tiene 18 escaños en el Parlamento, fue en su juventud un defensor de la Junta Militar y, tras la caída de ésta, fue expulsado del Ejército acusado de terrorismo.
Durante su estancia en prisión coincidió con el dictador Yorgos Papadópulos y con varios líderes de la Junta Militar.
EFE