El mandatario se sometió a la operación y entre “El elegido” y el ministro de comunicación aparecían como doctores para dar partes médicos. La cosa iba bien, hasta que hubo enredos entre el Vicepresidente y el Ministro, el primero anuncio que ya el “Comandante estaba en fisioterapia” y el “ministro anuncio la “insuficiencia respiratoria en estado estacionario”, comenzó la burla hacia el pueblo venezolano, alguien mintió o acaso ¿fueron los dos?, la oposición entro en letargo y hablar del tema era un tabú, era jugar con los sentimientos de 8 millones de venezolanos que se acababan de manifestar a favor del paciente.
Al fin una voz valiente se atrevió a expresar sin pelos en la lengua, era el mismo de siempre, él, salió a defender la libertad de expresión, lucho por evitar el cierre de RCTV, batuta que después tomaron los estudiantes, él, realizo una huelga de hambre en defensa de la descentralización y el pago de los salarios de los trabajadores, acción que emularon los estudiantes para pedir reivindicaciones estudiantiles, como múltiples batallas que incluyen la consolidación de la unidad, una vez más, fue Antonio Ledezma, quien en nombre del pueblo venezolano exigió que se conociera la verdad sobre la salud del presidente, y reclamo que una junta médica venezolana realizara el respectivo informe, solicitud avalada por la Federación Médica Venezolana.
En los días sucesivos estudiantes universitarios sin temor al ridículo se encadenaron a la Sede de la OEA, con la esperanza de despertar al pueblo y a la comunidad internacional, del secretismo entorno a la salud del presidente, exigen la misma transparencia de los partes médicos como ocurrió con Santos (Colombia), Lugo (Paraguay), Cristina Kirchner (Argentina) y personalidades como el ex presidente Lula (Brasil). Es tan simple la fe de vida, que se vuelve morboso la actuación del gobierno y por ende, la ola de rumores.
Sin embargo, hay quienes aseguran que vulnera la confidencialidad del paciente y trasgrede a la familia, entonces me propongo a explicarlo en un sencillo ejemplo que escuche de mi abuela a sus ochenta años, en conversación con una vecina, le decía “si a ella, por cobrar una pensión le exigían una fe de vida, porque no hacerlo con el presidente de la Republica, él es un empleado, cobra salario y además es el director de una orquesta denominada República Bolivariana de Venezuela, entonces lo absurdo es no pedirla.” Ahora escucho su ejemplo en las calles de Caracas, entonces no creo ni en firmas, ni apariciones especiales, yo pido fe de vida.
@RanieroCassoni