Vestir con arte

Vestir con arte

Gauguin, Cezanne, Picasso, Dalí o cualquier otro artista que venere está al alcance de su mano con solo acercarse a un museo a contemplar su obra. Pero si lo prefiere puede llevársela puesta, lo más “trendy” de las pasarelas del arte.

Inmaculada Tapia/EFE





“Entro al museo y puedo salir vestida para disfrutar de una noche de fiesta”, dice Ana Cela, jefe del Área de Tienda, Librería y Publicaciones del Museo Thyssen Bornemiza de Madrid.

Si está orgulloso de lucir los colores de su equipo cuando gana, ¿por qué no hacer lo mismo con la obra del pintor que le conmueve? Las tiendas de los museos más emblemáticos del mundo le permiten elegir una corbata, un quimono, un paraguas, un abanico, un bolso, pendientes y collares que recrean la obra de su artista favorito.

Uno de los museos más avanzados en ofrecer este tipo de complementos, un auténtico creador de escuela, es el Thyssen Bornemiza de Madrid. La pasión del fallecido barón Thyssen por el cuadro Matamua de Paul Gauguin, además de dar nombre a una de sus casas, también sirvió de lanzamiento para este tipo de objetos.

Henrich Thyssen no dudó en lucir una corbata que representaba este cuadro, mientras que su esposa, Carmen Cervera, posaba orgullosa en unas fotografías con un quimono estampado con la misma imagen.

“La baronesa tiene mucho interés por la tienda y compra muchísimo”, dice sonriendo su responsable.

Cela ha explicado que su intención es que la tienda del museo sea una “tienda regalo” a la que se puede acudir después de una exposición, pero también en cualquier otro momento para adquirir un presente para un “cumpleaños” u otra “celebración”. Son regalos con “un aire especial”.

Las sedas constituyen el “número uno” en ventas y ellas son el elemento por el que más se les reconoce dentro del apartado textil, ha señalado Ana Cela.

“Sobre todo los pañuelos”, siendo auténticos “best seller” las reproducciones de cuadros “impresionistas” del museo, y ha subrayado que un artículo que siempre se repite en cada exposición es el abanico, “un básico”.

La elección de un cuadro que servirá de inspiración para diseñar los complementos tiene mucho que ver con que pertenezca a la colección permanente de cualquier museo.

“Es una manera de que el producto permanezca en el tiempo. Y eso permite que se pueda disponer de colecciones de invierno y verano”, ha explicado Cela.

Comparte con otros museos, como el Prado o el Reina Sofía, una especial atención a la vertiente infantil del producto, como cuentos relacionados con las exposiciones, en el Thyssen también hay vestidos y pañuelos para niñas con la imagen de “Matamua”.

Otros museos aprovechan una fecha emblemática para atrapar al mundo del diseño. Miriam Ocariz, Ion Fiz o Ailanto han sido algunos de los diseñadores que han participado en el diseño conmemorativo del XV aniversario del Museo Guggenheim de Bilbao.

El Antiguo Egipto está muy presente en el Brithis Museum. Entre ellos se pueden encontrar diseños de corbatas y las camisetas con los símbolos de El Libro de los Muertos de Hunefer o jeroglíficos.

El Museo de Arte Moderno de Nueva York muestra en su web los más de cien nuevos productos que se encuentran en su tienda, entre ellos, una gran variedad de diseños de anillos y collares, pero escasos elementos de vestuario.

En París, en el Louvre el apartado de moda se limita a corbatas, pañuelos y chales, pero siempre inspirados en los cuadros que se exponen.

Sí es común la variedad que muestran las vitrinas de las tiendas de los museos en accesorios y joyería elaborados en plata, metacrilato y esmalte, además de cerámica o papel.

Las bolsas con el logotipo de la exposición son el artículo habitual, detalles de decoración como manteles o imágenes imantadas, además de los tradicionales cuadernos con la imagen de la portada del catálogo de la exposición en curso se convierte en algo manido si tenemos en cuenta las nuevas posibilidades de compra que ofrecen las tiendas de un museo.EFE