Solo en 7 de las 30 cárceles de Venezuela se cumple el régimen estatal que incluye las requisas periódicas en busca de armas y drogas y la prohibición de que familiares de los presos pasen la noche con ellos, admitió hoy la ministra del Servicio Penitenciario, Iris Varela, reseña Efe.
En ellas “se hacen requisas constantes y se eliminó esa práctica nefasta de las pernoctas. Hay absoluto control (estatal) y tranquilidad”, aseguró la ministra del Servicio Penitenciario en una entrevista que publica hoy el matutino Últimas Noticias.
Varela también destacó que en esas siete prisiones, en las que los presos pueden ser contados diariamente por sus carceleros, “no se registran problema de retardo procesal”, unas de las causas de los motines que se repiten violenta e insistentemente en el país.
Alrededor de 15.000 de las 44.000 personas encarceladas en Venezuela están tras las rejas cumpliendo sentencia, ya que la mayoría, 29.000, solo están “en calidad de procesados”, admitió.
Pero tampoco en esas siete prisiones los presos están divididos, porque “no podemos darles ahorita un área a procesados y un área a penados”, pero al menos “están clasificados”, añadió la ministra.
Se trata, detalló, de los complejos carcelarios caraqueños Yare 1, 2 y 3 y Rodeo 1, 2 y 3; el Centro Penitenciario de la Región Andina; el Centro Penitenciario de Occidente; el Internado Judicial de Barinas; la Comunidad Penitenciaria de Coro; el Internado Judicial de Apure y el Centro Penitenciario de la Región Insular.
Varela destacó que en la actualidad se construyen en varias zonas del país nueve cárceles nuevas, de las cuales siete serán “para procesados” y dos para detenidos con procesos judiciales en marcha.
La construcción de esos presidios se hace a marcha forzada, gracias a la declaración de emergencia carcelaria decretada el 18 de octubre del año pasado y renovada el pasado 18 de enero, lo que permitirá que estén concluidos “dentro de un año”, calculó.
Sobre el último motín, en el que murieron oficialmente 58 personas, registrado el pasado 25 de enero en el Centro Penitenciario de la región Centro Occidental, conocido como Uribana, Varela insistió en que las muertes se produjeron por un ajuste de cuentas entre reclusos que llama “líderes negativos”.
“Allí a los líderes negativos les fue muy mal, porque hubo un enfrentamiento entre ellos. Que en paz descansen los que murieron”, dijo.
Tras la masacre y desalojo de todos los reclusos, las autoridades hallaron en Uribana 106 armas de fuego, entre ellas fusiles y subametralladoras; municiones, granadas y distintos envoltorios de droga.
La organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) maneja una cifra de 63 muertos en Uribana.
El OVP sostiene que durante el año pasado al menos 591 reos murieron y otros 1.132 resultaron heridos en las 30 cárceles, un aumento del 5,53 % en la cifra de víctimas mortales. EFE