Sin política económica que mantenga un orden fiscal, prudencia monetaria y baja inflación, no se puede sostener ningún régimen cambiario estable. Lograr esta clase de política económica sensata, sin excusas ideológicas ni populistas, es la base de salarios reales que crecen con verdadero poder adquisitivo. Hoy Chile, Perú, Colombia, México y Brasil, tienen este patrón de política económica, lo cual además de sentar bases para un sano crecimiento económico, con aumento sostenido de la producción nacional y creación de empleos estables, permite generar recursos tributarios para financiar una política social de inclusión.
Sólo en la Venezuela petrolera con precio del petróleo por encima de 100 dólares el barril, se argumenta que la inestabilidad económica, fruto de excesos fiscales y monetarios para ganar elecciones, es resultado del “capitalismo mundial, etcétera… ” y obstáculo para tener una política social de inclusión.
Reservas
Se debe recordar que desde 1923, cuando la República tenía reservas del tesoro equivalente a un presupuesto nacional y antes de aparecer los grandes ingresos petroleros a partir de 1925-28, tuvimos una larga trayectoria de orden fiscal, monetario y cambiario, como ningún país de América Latina. Esta historia de éxito en estabilidad económica no fue completada con la exitosa diversificación de la economía exportadora de petróleo, pero permitió elevar el ingreso real por casi 60 años.
El chavismo combinó la política social con la red clientelar electoral más grande en la historia de Venezuela, sin bajar la inflación y elevando el déficit fiscal. Ante la insuficiencia del flujo de caja de Pdvsa para cubrir esta política social y clientelar, recurrieron al financiamiento monetario y fondos extrapresupuestarios. Sin orden fiscal y monetario -incompatible con los egoístas intereses político-clientelares- después de la devaluación a 6,30 Bs/$, vendrá otra devaluación que sólo espera por fecha.
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