Argo, una película sobre el audaz rescate de seis estadounidenses que se escondían en Teherán después de la toma de la embajada en noviembre de 1979, es una de las favoritas de los premios Oscar. El agente de la CIA Tony Méndez, encarnado en la pantalla grande por Ben Affleck, explica cómo se formuló el plan de rescate.
Los seis estadounidenses habían escapado por la puerta trasera de la embajada en momentos en que los revolucionarios iraníes se abrían paso, y se refugiaron en la casa del embajador de Canadá. Pero corrían el riesgo de ser descubiertos, bien sea por los revolucionarios o por los medios de comunicación.
Mucha de la atención estaba sobre las varias decenas de empleados de la embajada que habían caído como rehenes del nuevo régimen revolucionario iraní. Del grupo de 66 personas, 13 habían sido liberadas dos semanas después. Pero el presidente de EE.UU. Jimmy Carter se encontraba bajo una enorme presión para lograr el retorno de todos los rehenes, incluidos aquellos de cuya existencia no se habían enterado los revolucionarios.
Entrar y salir
Tony Méndez tenía que encontrar una manera de sacarlos del país, pero primero tenía que hallar la forma de entrar a Irán sin levantar sospecha.
“Normalmente usamos una excusa muy aburrida. Pero no podíamos ir como maestros, porque las escuelas internacionales estaban cerradas. No podíamos ir como técnicos de hidrocarburos. No podíamos ir como nutricionistas que venían a inspeccionar cultivos”, le dijo a la BBC.
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