Ramo Verde es la cárcel militar ubicada en Los Teques, estado Miranda, por la que han pasado muchos de los presos políticos de este régimen, entre ellos el General Francisco Usón , el General Ovidio Poggioli, el TCnel. Humberto Quintero, el Cap. Javier Nieto, los Coroneles Jesús y Darío Faría y su sobrino Rafael Faría, el dirigente sindical Carlos Ortega, el TCnel. Francisco Martínez , el TCnel. Luis Gonzalez, el Cap. Otto Gebauer, el Cap. Luis Figueroa, el General Barroso, el Vice Almirante Carlos Millán, el Comisario José Sánchez Montiel, los Policías Metropolitanos Erasmo Bolivar, Arube Perez, Luis Molina, el Sub. Comisario Marcos Hurtado, el Inspector Héctor Rovain, el S/ May. Julio Rodríguez y otros venezolanos que han pasado por estos barrotes por motivos políticos y cuyos nombres se pierden en estos momentos en mi memoria.
Centro Nacional de Procesados Militares (CENAPROMIL) es el nombre de esta cárcel, que se encuentra en la cima de una montaña, cuyas instalaciones son limpias y bastante bien mantenidas. Aquí, los privados de libertad pueden hacer deporte al aire libre, es decir, reciben luz solar, tienen cuartos bastante decentes con baños, y pueden cocinar su propia comida. Es decir, en comparación con el resto de las cárceles del país, que más bien parecen depósitos de seres humanos, CENAPROMIL es casi una cárcel 4 estrellas. Pero aunque este Centro Penitenciario tiene una mejor infraestructura, sus internos igual han sido víctimas de arbitrariedades y violaciones a sus derechos humanos. Malos tratos por parte de los custodios, traslados retardados, obligados o negados, tratos crueles en contra de la visita, han sido las denuncias más frecuentes en estos últimos años. También los administradores de “justicia” han hecho de las suyas con algunos de los presos políticos que están o han pasado por ésta cárcel, negándole por ejemplo la atención médica oportuna a muchos de ellos, como el caso de Erasmo Bolívar, Héctor Rovain y José Sánchez (Mazuco), quien desarrolló un cáncer de próstata durante su reclusión y fue atendido luego del escándalo público que su grave estado de salud ocasionó.
Traigo hoy a colación todo esto, para que el lector se haga una idea de como funcionan las cosas en la cárcel a donde ha sido trasladado el comisario Iván Simonovis, luego de que este jueves 22 de Febrero, le fuera negada la medida humanitaria que le corresponde, ya que los exámenes realizados por los especialistas y el informe del médico forense determinaron que Simonovis debe, dada su gravedad, ser beneficiado con ésta medida, tal y como lo establece el articulo 502 del Código Orgánico Procesal Penal. Todas las patologías que presenta, surgieron y se desarrollaron debido a las condiciones de su reclusión en el SEBIN y a la negación por parte del estado venezolano de la atención médica oportuna que el comisario Simonovis necesita.
Es decir, en lenguaje coloquial, le mandaron el “paquete a otro”, bien enfermo. Presumo que pretenden mejorarle su situación física y psicológica en un lugar con mejores condiciones, pero nada ha cambiado para Iván Simonovis.
La atención médica urgente y el tratamiento y terapia que debe recibir para evitar que suceda una desgracia, no ha sido garantizado con el traslado de una cárcel a otra. El Gobierno tiene la obligación de garantizar los derechos humanos de quienes están bajo su custodia y ya sabemos como tratan a quienes consideran su enemigo. Quedará para la historia la crueldad con la que este régimen ha tratado a estos venezolanos. La responsabilidad de lo que pueda sucederle al comisario Simonovis la tienen desde el Presidente de la República, pasando por los magistrados, jueces, fiscales, custodios, hasta aquellos que por omisión no impidieron que estas injusticias y violaciones a los Derechos Humanos sucedieran, teniendo en sus manos las atribuciones que los obligan según la Ley a impedir dichas ilegalidades.
@Tamara_Suju