“Chicho” pensó que le habían perdonado la vida, pero solo extendieron su amargura. Lo mataron de un balazo en la espalda el miércoles, a las 7.00 de la noche, en el barrio El Museo, cerca de una planta eléctrica, en la parroquia Luis Hurtado Higuera. Se llamaba Antonio Castillo Márquez (34) y sufría de retardo mental desde su nacimiento. Así lo informó el diario La Verdad.
Juan José Faría
Aney Márquez se mostró resignada, mientras esperaba el cadáver de su hijo frente a la morgue forense. Contó que “Chicho” nació con retraso mental porque tuvo un mal embarazo. El miércoles esperó a Álex, el dueño de una miniteca del barrio, para acompañarlo a un baby shower. Era el responsable de la música.
A las 7.00 de la noche salió Álex con “Chicho” y otros dos hombres. Montaron el sonido en la parte trasera de la camioneta y salieron del barrio. Cuando llegaron a la Circunvalación 3 los sometieron tres hombres con pistola en mano. Les dijeron que no tuvieran miedo, que le entragaran todo y listo.
En un momento no determinado, los delincuentes se alzaron y dispararon contra el chofer en una pierna. Lo llevaron al Hospital Universitario de Maracaibo. De “Chicho” se rieron por unos segundos y le dijeron que se calmara y que corriera. Cuando Castillo dio media vuelta y aceleró el paso, recibió el balazo en la espalda.
Los criminales bajaron a Álex y al otro muchacho de la camioneta y huyeron del barrio. Los tres hombres pidieron ayuda hasta que llegó la Policía y confirmó el deceso de “Chicho”. Su madre no quiso dar más detalles del muchacho y dijo que ningún uniformado le devolvería la vida. Que no esperaba justicia y que sabía que nunca le vería el rostro al criminal que le quitó la vida.