Ayer 5 de marzo de 2013 ha fallecido el presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías. Para muchos amado y para otros un personaje incómodo. Para todos… notorio.
Hablar del significado de Chávez es algo difícil de hacer sin despertar pasiones; casi imposible que la pluma de cualquier opinador no descorra tinta en elogios o en críticas. Es, simplemente, uno de los personajes históricos sobre el cual se cernirán leyendas, mitos y cuentos de caminos. Chávez símbolo, Chávez semi-dios, Chávez héroe, Chávez caudillo, Chávez tirano, Chávez déspota… Entre “Cuentos del Arañero”, o Aló Presidente, se vio a este hombre besar reinas incólumes o ser callado por reyes de safari. Lo vimos con gorrito ruso, gorrito boliviano, gorrito mexicano, gorrito de pelo e’ guama, sin gorrito, sin pelo. Habló de paz planetaria, del Imperio, de la sopa de pica e’ tierra de la abuela, de matas de mamón y de descubrir misterios forenses sobre el Padre de la Patria. Amenazó, abrazó, amó, odió, insultó, encarceló, admiró, citó gente, cantó, bailó, toco guitarra, toco gente, tocó fondo, lo tocaron. Habló, habló, criticó, se autocriticó, regañó a su gabinete, a sus camarógrafos, a sus militares. Besó cristos, masticó coca, viajó, viajó, viajó. Devaluó, devaluó, devaluó. Expropió, expropió, expropió. Creo Misiones, más Misiones, Grandes Misiones, Mega Misiones. Se reeligió, se reeligió, se reeligió. Designa heredero. Murió. Doy mis condolencias a todos aquéllos que lo amaron como un padre, hermano, comandante, jefe o guía. Y me sumo a los que piden respeto frente a la situación. Pero no puedo obviar que Chávez era el presidente y su figura tiene que dejar lecciones profundas; varias buenas y algunas desagradables.
También necesitamos reflexionar.
¿Y ahora? ¿Y ahora que no hay “por ahora”? ¿Y ahora que sólo hay “hasta siempre”? ¿Qué queda de Chávez? ¿Cuál Chávez queda? ¿Cuál Chávez queda en quién? ¿Para qué queda Chávez? ¿Cómo queda ese Chávez?
Ahora tenemos el reto de la orfandad del chavismo. El país guiado “bonapartísticamente” por Chávez, queda en manos de quienes eran acusados hasta hace un año de ineficientes, insuficientes, indolentes y, algunos, hasta corruptos. La esperanza siempre era “Chávez no sabe” “Chávez no se entera” “Chávez es el único líder posible” “Con Chávez todo, sin Chávez nada” “Chávez es la garantía de la Revolución”. Las tres “R” (revisión, rectificación, reimpulso de la revolución) o “Eficiencia o Nada” (que fue el último)… ¿Con cuál nos quedamos? ¿Con el primero de vieja y fallida data, o con el segundo? ¿Quién es la garantía de esa visión?
Hace algunos meses un buen amigo chavista me decía: “El socialismo del S. XXI está en la cabeza de Chávez, él nos va dando las líneas para avanzar” ¿Y ahora? ¿Cómo sabemos lo que Chávez sabía? ¿Cómo entendemos lo que, según mi buen amigo, él sabía? Tenemos que asumir la construcción de un modelo político-económico contemporáneo y no por ello menos social, o menos justo para la movilidad de las clases bajas hacia las capas medias. O no menos patriota. Me atrevo a decir que pensarlo, en conjunto, es lo más venezolanista que podemos hacer.
Reitero. Tenemos el reto de la emancipación forzada quizá en la minoría de edad por falta de ese Chávez padre. O quizás por ese Chávez padre. Porque la lección a aprender es que el personalismo termina por hacer susceptible a cualquier estructura, porque la estructura no puede ser el hombre, ningún hombre; sino las Instituciones. ¿Vamos otra vez a interpretar lo no-interpretable de la Constitución? La lección aquí es que ni persona, ni grupo alguno puede hacerse institución; porque se quiebra la fortaleza del país para ser país sin tiempos humanos.
El segundo reto es el que he venido esbozando. El reto de la sostenibilidad económica y la sustentabilidad de los proyectos sociales que Chávez, con una bonanza petrolera casi inédita, llevó adelante pero no blindó. Y es que hay simples razones: 1) No cambió al Estado rentista 2)No fortaleció la producción nacional 3)No favoreció las exportaciones diversificadas 4)No destruyó a la economía parasitaria 5)No propició la descentralización y la Institucionalidad 6)No fortaleció a la moneda 7)No garantizó la competitividad del país 8) No nos blindó de los mercados internacionales 9)No redujo el endeudamiento 10)No propició la cohesión social. En resumen: no logró hacer de Venezuela un país emergente; visto en términos más simples: no nos dejó un seguro de vida frente a su ausencia.
Y si voy más allá, la razón detrás de éstas mencionadas: no podía hacerlo porque su presencia, su acumulación de poder, su revolución personalista es contraria a las garantías que podían hacer frente a su ausencia. Chávez políticamente resultó el padre autoritario y sobreprotector que crea hijos inseguros/ rebeldes. Ésos que no pueden valerse por sí mismos y que no se responsabilizan de sus acciones. En el mejor de los casos fue el primero por soberbia, por creer (o ser para algunos) el único con la visión real de las cosas, por ser la vanguardia del país, por ser el ungido. El segundo por cuidar a su “Pueblo” por miedo a que otros (Imperio, la derecha o como le quisieran llamar) le dañaran. Por ser él el guardián de los pobres. ¿Por qué en 14 años (digamos 11 si se quiere hablar luego del Paro) no logró al menos el desarrollo de dos ejes productivos que garantizaran a la masa trabajadora, obrera y campesina una revolución social autosustentable y liberadora?
El reto ahora es económico. El reto es económico porque es social. Y el reto social es productivo. Y el reto productivo es de eficiencia y competitividad. Y el reto de competitividad es educativo. Y el educativo es alimentario, de salud y seguridad. Y éstos son económicos y de distribución de poder. Y la distribución de poder pasa por el consenso. Y el consenso pasa por un nuevo pacto social de los factores que comprenden a un país que, en pleno S. XXI, es interdependiente y debe ser cooperativo y glocal.
El reto es mirarnos, reconocernos, y empoderarnos como ciudadanos. Es una etapa de repacto de los actores políticos y sociales para los correctivos prometidos y nunca alcanzados porque un hombre no puede ser un país.
La lección es la falibilidad humana.
¿Vamos a seguir buscando Mesías? Si es así… nos veo comiendo petróleo.
¡Qué pobre país rico entonces!
www.nancyarellano.com