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El chavismo, sin su líder Hugo Chávez, enfrenta el reto de mantenerse unido y hacer perdurar la “revolución” con un primer test inmediato, las elecciones presidenciales, para las que podría radicalizarse, según analistas.
El mandatario, en el poder desde 1999, murió la tarde del martes tras casi dos años de batallar contra el cáncer, y ahora el movimiento revolucionario que lleva su nombre buscará “hacer todo lo de Chávez, sin Chávez”, como dijo este miércoles un emocionado Ricardo Menéndez, ministro de Industria, antes del cortejo fúnebre desde el Hospital Militar de Caracas.