Dado el carácter “macondista” del país, de Chávez hacen un mito a lo Ché. El aparato que dejó montado, usará ese mito como el polvo mágico que consolidará el comunismo anárquico. El señor Maduro, que de tonto no tiene un pelo, no puede ser subestimado como se hizo siempre con su jefe – y lo están subestimando. Usará la aureola mitológica – libre de los microbios que da la existencia real – como su mejor estrategia de campaña – nunca hubo una plataforma mejor. Y sumándole los muñecos de trapo institucionales que tiene en poder, su “triunfo” electoral luce más probable que el 100% de probabilidad que tuvo su comandante meses atrás. El país permitió en aquel entonces que la MUD activara una estrategia que de raíz estaba destinada al fracaso, lo que se advirtió. Subestimaron el fraude continuado y la capacidad de engaño mediático – algo fácil de hacer con petrodólares – que aplica el régimen para darle sostén creíble a dicho fraude. El problema es que la MUD no tiene intenciones de cambiar estrategia, porque lo que está claro, a la luz de sus acciones, es que su prioridad no es frenar de tajo la consolidación del régimen, sino garantizar el oxígeno con los espacios – cada vez menores – que el fraude actual permite. La MUD tiene que perder su carácter de único representante legítimo de la oposición. Debe surgir una entidad alternativa, que entienda que solamente confrontando el fraude continuado se podrá cambiar el curso de la historia. Y esta estrategia debe consistir en no permitir que se siga violando la constitución, con la excusa que esa violación es autorizada por las instituciones; trampa mortal cuando las instituciones están secuestradas, como el caso de marras. La ficción democrática es eso, una ficción; nunca será de verdad mientras se le siga el juego.
@jcsosazpurua / www.jcsosa.com