Los desafíos que enfrenta el nuevo Papa

Los desafíos que enfrenta el nuevo Papa

Cuando el cardenal Albino Luciani se enteró de que sus pares lo habían elegido papa, respondió: “Que Dios os perdone por lo que habéis hecho”. La declaración de quien escogería el nombre Juan Pablo I fue considerada una expresión de humildad, pero también un comentario sobre la tarea monumental que tenía por delante.

(foto AP)

No hay cargo como el de papa. Es el director general de una organización multinacional, un jefe de estado, una voz moral en el mundo y, a los ojos de los católicos, el representante de Cristo en la tierra.

Y el hombre que surja como pontífice en el cónclave que comienza el martes enfrenta una lista imponente de tareas.





He aquí algunos de los desafíos que aguardan al nuevo pontífice:

REFORMAS:

El nuevo papa deberá restablecer la disciplina en la administración central de la Iglesia, plagada de escándalos. Benedicto XVI, el papa renunciante, encargó un informe a la burocracia del Vaticano, la Curia, que solo será mostrado a su sucesor. El mayordomo de Benedicto entregó a un periodista los documentos privados papales que revelaban disputas, corrupción y amiguismo a los mayores niveles de la administración. El hermético Banco Vaticano recientemente despidió a un presidente por incompetencia y sigue presionado para revelar una mayor transparencia. Obispos de varios países dicen que la falta de acción de los dignatarios del Vaticano perjudica a las iglesias locales. La Curia decide todo, desde los nombramientos de los obispos y la liturgia hasta el cierre de parroquias y el castigo a los religiosos abusadores.

ABUSO SEXUAL:

El Vaticano sigue sometido a presiones para revelar qué hizo para proteger a los niños abusados por religiosos. El escándalo estalló poco antes del cónclave, cuando víctimas de Estados Unidos, México y Chile presionaron a los cardenales para que se autoexcluyeran por haber supuestamente impedido que los abusadores fueran juzgados. Benedicto XVI instruyó a los obispos de todo el mundo a que elaborasen políticas para impedir la permanencia de los abusadores en el sacerdocio, pero los dignatarios eclesiásticos en algunas naciones no han cumplido todavía con esas instrucciones. “Todavía están las víctimas”, dijo el cardenal de Chicago, Francis George, en una conferencia de prensa la semana pasada. “La herida todavía está abierta en sus corazones, y mientras siga en ellos también seguirá en nosotros. El papa tiene que tener esto en cuenta”.

IGLESIAS VACIAS:

El secularismo ya se ha hecho sentir en iglesias de Europa y Estados Unidos, donde un número creciente de personas no se identifica con una religión. El alejamiento de la religión organizada también está afectando parroquias en Latinoamérica. Los templos en Brasil y otros países de mayoría católica en Sudamérica ya han perdido miembros ante el avance del culto chispeante de los movimientos pentecostales independientes. A medida que la Iglesia va perdiendo feligreses, también va perdiendo influencia en la vida pública de muchas naciones. La oposición de la Iglesia al matrimonio de personas del mismo sexo ha sido en gran medida inefectiva en occidente. El próximo papa deberá ser un misionero en jefe, con la dignidad, el carisma y la santidad personal necesarios para hacer que los católicos vuelvan al redil.

PULPITOS VACIOS:

Europa y América del Norte necesitan más sacerdotes. El clero en las naciones del mundo en desarrollo necesita más recursos. Y por doquier, los sacerdotes lidian con las cargas que conlleva ser pastor en un mundo moderno. El cargo requiere recaudación de fondos, asesoramiento espiritual y la capacidad de reafirmar la doctrina, a menudo a católicos que no están interesados en escuchar ese mensaje. Mientras tanto la crisis de abusos sexuales ensombrece a todo el clero, aunque la mayoría de los casos hayan ocurrido hace décadas. En años recientes, algunos sacerdotes han formulado sus propias propuestas para fortalecer sus filas. Clérigos de Austria, un país de mayoría católica, instaron en el 2011 a ordenar mujeres y a relajar el requisito del celibato. Benedicto XVI rechazó la propuesta.

PERSECUCION RELIGIOSA:

Los católicos y otros cristianos constituyen minorías religiosas en muchos países, entre ellos Siria, India y China, donde enfrentan discriminación, interferencia del gobierno y, en muchos casos, violencia mientras tratan de practicar su fe. Esta situación es una de las pocas que une a los líderes religiosos de distintas denominaciones. El papa es considerado una voz clave en esa batalla. Algunas de las peores situaciones para los católicos se dan en naciones musulmanas, que suelen prohibir y castigar la evangelización cristiana. Enfrentar la situación exige una diplomacia extrema, ya que un paso en falso puede costar vidas.

GLOBALIZACION:

Mientras la Iglesia se va reduciendo en occidente, florece en Africa y Asia. El nuevo papa deberá trasladar gran parte de su atención a los desafíos que enfrentan esas diócesis relativamente nuevas: una lucha de vida o muerte contra la pobreza, amenazas de movimientos musulmanes radicales, y el mantenimiento de la ortodoxia católica, dejando a la vez espacio para las formas vernáculas de culto.

OTRAS RELIGIONES:

El nuevo pontífice deberá mantener sus relaciones con otras denominaciones cristianas, entre ellos los ortodoxos, como también con otras religiones como los anglicanos y los judíos. Pero su tarea más exigente serán las relaciones con el islam. La importancia de esta cuestión fue puesta de manifiesto por la repercusión que tuvo un discurso de Benedicto XVI en el 2006 en la ciudad alemana de Regensburg, en la que citó las palabras de un emperador bizantino que caracterizó algunas enseñanzas del profeta Mahoma como “malvadas e inhumanas”. Benedicto extremó esfuerzos para tratar de arreglar la situación, e incluso oró ese mismo año junto a un imán en la histórica Mezquita Azul en Estambul.

UNIDAD:

El proximo papa heredará una Iglesia dividida por el papel de los laicos y de las mujeres, por cuestiones de enseñanza sobre doctrina y justicia social, e incluso por la noción de lo que se requiere para ser considerado católico. En la última audiencia de Benedicto XVI con los cardenales les instó a trabajar “como una orquesta” en la que se pudieran alcanzar “acuerdo y armonía” pese a la diversidad. Su mensaje pudo haber sido dirigido a la Iglesia en pleno. AP