Los sacerdotes latinoamericanos que estudian en Roma viven este período de la Iglesia Católica con expectación, con gran fe y sobre todo seguridad que el Espíritu Santo iluminará a los cardenales que deberán elegir al sucesor de Benedicto XVI.
No consideran necesario que sea latinoamericano para que se preocupe de la región, donde vive el 40% de los católicos que hay en el mundo.
Esperan, eso sí, que el nuevo pontífice, que seguramente asistirá en Río de Janeiro a fines de julio a la Jornada Mundial de la Juventud como es una tradición, pueda visitar otros países.
En la Aurelia Antica está el Colegio Pontificio Latinoamericano, dirigido por el sacerdote jesuita chileno Jaime Castellón, quien junto con otros sacerdotes conversó con The Associated Press.
“La presencia del papa en la Jornada Mundial de la Juventud es un compromiso que han asumido todos, lo más probable es que sea así, y es posible también que visite otros países, pero dependerá mucho de quien sea y de las prioridades que tenga por delante”, dijo Castellón.
Agregó que “no es lo más importante que sea latinoamericano, porque el papa que Dios quiera va a ser bueno para América Latina, aunque no sea esa su proveniencia”.
El sacerdote espera que el nuevo “papa sea sobre todo un hombre santo, generoso, transparente, sabio, que sepa gobernar y transmitir a la gente el entusiasmo de la fe, eso es lo fundamental”.
Sobre los “papables” manifestó que es cierto que algunos figuran con más posibilidades que otros, pero a veces por la dinámica que se produce en el interior del cónclave surge uno del que nadie se espera.
Mencionó algunos de los problemas que enfrenta la Iglesia en América Latina que, aunque no lo dice expresamente, debería tener presente el nuevo pontífice.
Uno de esos problemas es la penetración de las sectas “porque el sentido religioso está muy fuerte en nuestra región y muchas veces nosotros como Iglesia católica no hemos sabido llegar a la gente, mantenernos con ella”.
“También hay una gran falta de sacerdotes y esa es una de las causas que le gente se aleje de la Iglesia, un proceso que viene de muy atrás, que últimamente se ha venido acentuando y que ha llegado a ser crítico en algunos lugares”, comentó.
Sobre “Vatileaks”, la difusión de los documentos secretos de Benedicto XVI, tema tratado en las congregaciones de los cardenales previas al cónclave, sostuvo que “no es bueno el secretismo, pero hay que informar con sabiduría lo que merece y debe ser informado. Confío que así lo hará el próximo pontífice”.
El padre Ramón Alcide, de Colombia, señaló por su parte que se trata de un período que es “muy novedoso para nosotros los latinoamericanos, que nos ha tocado este gran acontecimiento aquí y es una gran oportunidad que nos da el Señor”.
“Con espíritu de fe esperamos la elección del nuevo papa, sabiendo que es Dios el que lo elegirá para estos tiempos. Es un período que nos ayuda a crecer como persona, esperando que el Señor haga lo que tiene que hacer”, señaló.
El nuevo pontífice, añadió, deberá darle continuidad a lo que ha venido haciendo Benedicto XVI.
Ronald García, de Guatemala, expresó que están esperando con la oración al próximo papa, como hacen todos los católicos en el mundo, y pidiendo al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales que tienen la responsabilidad de elegir al papa. AP